Las vacunas significan un gran avance. Sirven para protegernos de enfermedades no sólo durante la infancia, sino también en edades posteriores.
Los bebés prematuros tienen que seguir el mismo calendario de vacunación que los bebés nacidos a término.
Deberán vacunarse de las mismas enfermedades que los demás bebés y siempre según su edad cronólogica, no según su edad corregida.
En algunos casos se recomienda esperar a que alcancen un determinado peso antes de ser vacunados.
Los bebés prematuros pueden y deben ser vacunados con normalidad, según el mismo calendario que los que no nacieron prematuros.
En realidad, interesa vacunarlos cuanto antes, especialmente si tuvieron algunos problemas de maduración de sus pulmones (displasia broncopulmonar) porque ellos podrían ser víctimas fáciles de la tos ferina.
Se les debe vacunar según su edad cronológica (es decir, respecto a la fecha en que nacieron; no respecto a la edad corregida que es en la que “deberían haber nacido”).
Solo hay una limitación con respecto del peso del bebé en el caso de la vacuna de la hepatitis B, en que se recomienda esperar a que alcance los 2000 gramos.