Los días fértiles de la mujer son los días en que una mujer puede quedarse embarazada, aproximadamente 14 días después del primer día de la última menstruación.
Sin embargo, quedarse embarazada no es tan fácil como pueda parecer. El tiempo aproximado para conseguir un embarazo es de entre seis meses y un año, aunque algunas mujeres lo logran al primer intento.
Según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF): «El 85% de la población general concibe en el primer año, con relaciones sexuales regulares y en ausencia de medidas anticonceptivas, y de las que no conciben en el primer año, la mitad lo harán en el segundo (probabilidad acumulativa del 93%)».
La concepción solo es posible durante los días fértiles de la mujer que es cuando se produce la ovulación.
Esto ocurre cuando un óvulo se desprende de uno de los ovarios, hacia la mitad del ciclo menstrual.
Este periodo de tiempo en que la mujer puede quedarse embarazada se conoce como la ventana fértil.
La fecundación se produce si en el momento de la ovulación uno de los espermatozoides se encuentra con un óvulo a su paso por las trompas de Falopio.
Fuera de los días fértiles, es imposible quedarse embarazada.
Existen distintos métodos para calcular la ovulación, aunque funcionan sobre todo en mujeres con ciclos menstruales muy regulares.
¿Es posible quedarse embarazada durante la menstruación?
Durante la menstruación no es posible quedarse embarazada porque el óvulo ya no es tal, sino que ha degenerado y no puede ser fecundado.
Además, la hemorragia existente y el ambiente hostil dentro del útero dificultan el paso de los espermatozoides y la supervivencia de los mismos.
Algunas mujeres, que sufren un sangrado genital tras mantener relaciones sexuales, se quedan embarazadas y piensan que ese sangrado es la menstruación. En realidad no lo es.
A menudo se trata de un sangrado irregular que coincide con la ovulación (pero que no es la regla). Este sangrado se conoce en ginecología como “spotting” o pérdidas.
¿Cuánto se tarda en conseguir un embarazo?
El tiempo aproximado en conseguir un embarazo es de entre seis meses y un año, sobre todo cuanto mayor sean los miembros de la pareja.
Por supuesto que es perfectamente posible y frecuente quedarse embarazada antes de ese periodo de tiempo. Más allá del año transcurrido sin que se haya producido un embarazo buscado, es aconsejable acudir al médico para hacerse pruebas que permitan descartar cualquier problema de fertilidad o de otra índole, tanto en la mujer como en el hombre.
¿Cómo calcular la fecha de ovulación?
Para calcular la ovulación hay que contar 14 días a partir del primer día de la regla. El 13 y 15, es decir el día anterior y posterior a la ovulación, son los idóneos para que se produzca la concepción. Hay que tener en cuenta que la vida fértil de un óvulo dura entre 12 y 24 horas, mientras que la fertilidad del espermatozoide es de unas 72 horas.
Para un ciclo menstrual regular de 28 días, la ovulación se produciría el día 14. Sin embargo, no es frecuente tener ciclos tan regulares, ya que suelen adelantarse o retrasarse unos días, según el mes.
¿Cuál es el mejor momento para concebir?
Algunos ginecólogos consideran que se aumentan las probabilidades de concebir si se tienen relaciones sexuales en días alternos, cuando se acerca el momento de la ovulación y justo después de la misma.
Para un ciclo menstrual de 28 días, lo normal sería ovular el día 14, con lo que se mantendrían relaciones sexuales el día 13 y el día 15.
Esto es así, según estos especialistas, porque los espermatozoides tienen una vida de entorno a 72 horas y durante ese tiempo continúan su camino hacia su objetivo final que es el óvulo.
Hay especialistas que aconsejan tener relaciones los tres días antes de la ovulación.
En ese momento el moco cervical adquiere una textura más líquida y transparente y resulta más adecuado para la supervivencia del espermatozoide.
La fertilización dura 24 horas o algo más.
¿Qué puede dificultar la concepción?
Estudios recientes han comprobado que si durante el trayecto de los espermatozoides aparecen otros nuevos, se produce para los primeros una invasión y se libra una especie de batalla entre los nuevos inquilinos y los antiguos.
Todo esto dificulta la labor de fecundación, aunque no necesariamente la impide. Hay que tener en cuenta que en una eyaculación normal participan alrededor de 200.000 espermatozoides, de los cuales sólo cerca de 200 se aproximan al óvulo y sólamente uno (en ocasiones dos) es capaz de fecundarlo. El óvulo envuelve al espermatozoide en unas vellosidades que impiden la entrada de otros.