Rabietas y berrinches de los niños en los terribles dos años: qué son y cómo actuar para ayudar a tu hijo

En una rabieta el deseo de independencia del niño choca con los límites de los padres
¿Qué son las rabietas o berrinches?
Las rabietas son parte del proceso evolutivo de los niños a partir de 1 año en adelante. En su segundo año de vida el niño comienza a desafiar la autoridad de sus padres, poniéndoles a prueba, negándose a hacer lo que le piden y haciendo las cosas que le han dicho que no debe hacer.
Estos desafíos forman parte de un comportamiento que les ayuda a reafirmar su personalidad y su autonomía, y que es normal en esta fase del desarrollo emocional de los niños de 1-2 años.
Las rabietas son un hito en los llamados "terribles dos años". Antes de este periodo, las rabietas se manifiestan cuando alguna necesidad del bebé no está satisfecha (hambre, frío, sueño...).
LEER MÁS: El desarrollo emocional de los niños de 1 a 2 años
Si los padres comprenden las causas y la función de estos molestos berrinches y rabietas, podrán responder de una manera más empática a estas explosiones y ayudar a su hijo a superar esta etapa más fácilmente.
Hacia el final del segundo año, algunos niños respondan de manera encolerizada cuando reciben una respuesta negativa a sus desafíos o cuando se les obliga a hacer algo que no desean hacer: chillan, gritan, dan patadas, se tiran al suelo o lanzan objetos con furia. El niño está teniendo un berrinche o rabieta en toda regla.
En general, las rabietas se producen siempre en presencia de la madre o el padre o de la persona que cuida al niño habitualmente. Casi siempre se producen en casa o en momentos en que la madre está ocupada con otra cosa, cuando hay algo de tensión en el ambiente, vienen visitas... etc.
Algunos niños tienen más rabietas que otros. Un recurso útil frente a las rabietas es establecer normas y límites claros. A continuación respondemos algunas de vuestras dudas y os ofrecemos información útil para manejar las rabietas.
1. ¿Por qué se producen las rabietas y berrinches en los niños de 1 a 2 años?
2. ¿Cómo actuar ante las rabietas de los niños de 1 a 2 años?
3. 4 recursos para evitar las rabietas o berrinches de los niños
4. Lo que NO debes hacer ante las rabietas de los niños
1. ¿Por qué se producen las rabietas y berrinches en los niños de 1 a 2 años?
Los niños empiezan a tener rabietas y berrinches en la edad en que se despierta su necesidad de autonomía y ésta choca con los límites que le imponen sus padres y el medio social.
El deseo de independencia del niño choca con los límites que establecemos los padres. Los niños a partir de 1 año en adelante necesitan reafirmar su personalidad.
La necesidad de reafirmar su personalidad es una característica del desarrollo emocional de los niños de 1 a 2 años.
Los berrinches son la forma de expresar sus emociones en forma de gritos, llanto encolerizado...
Cuando los bebés son más pequeños, tienen otro tipo de rabietas, motivadas por la frustración de no poder lograr algo (pues no tienen suficiente habilidad) o cuando no les entienden los adultos (pues su lenguaje es aún inmaduro). Desde los 9 meses se pueden dar este tipo de “berrinches”.
El modo en que los padres van manejando estas primeras manifestaciones de la frustración del bebé y el tipo de relaciones familiares, van a condicionar que las rabietas se mantengan, vayan desapareciendo o ... aumenten.
Entre los motivos de las rabietas pueden estar:
- La frustración del niño por no poder hacer algo “inmediatamente”.
- Su deseo de controlar el ambiente, su deseo de “omnipotencia”.
- El deseo de llamar la atención, de ser el centro, para recibir cariño. Algunos niños descubren que “portándose mal” reciben mucha atención y cuando “son buenos” nadie les hace caso.
- Cuando las normas de comportamiento son poco claras o incoherentes, el niño trata de descubrir dónde están los límites.
- Cuando los padres dan otras muestras de incoherencia o inconsistencia.
2. ¿Cómo actuar ante las rabietas de los niños de 1 a 2 años?
A veces, la solución más sencilla para calmar una rabieta es desviar la atención del niño.
Puedes distraerle con un cuento, una canción, un baile, un juego. Es preferible algo divertido o sorprendente y, cuanto antes, mejor.
Algunas estrategias que también dan buenos resultados, aunque a veces cuesta mucho ponerlas en práctica, son:
- No dar importancia a la pataleta
- No prestar atención al niño
- Salir de la habitación
Es muy importante que seais coherentes. Si el niño sabe cuáles son los límites, no intentará luchar contra ellos. Recuérdale el límite: por ejemplo, “ya sabes que antes del almuerzo no se toman chocolatinas”.
Durante una rabieta, el adulto debe mantener la calma hablando al niño con suavidad pero con firmeza, tratándole con cariño pero sin dejar que el niño se salga con la suya.
Algunas veces hace falta contener al niño, sujetarle físicamente (por ejemplo, en el supermercado, ya que puede hacerse daño o golpear a otras personas). Lo mejor es hacerlo sin hablarle ni mirarle y sujetándolo con firmeza.
Cuando el niño se haya calmado, debemos hablar con él de las causas de la rabieta y explicarle sus límites (las normas familiares), sus expectativas (que las cumpla porque ya es mayor), sus sentimientos.
LEER MÁS: ¿Cómo tratar una rabieta de forma respetuosa?
3. 4 recursos para evitar las rabietas o berrinches de los niños
- Poner normas claras. No sirve decir “tienes que portarte bien”. Es muy ambiguo. Debemos especificar: "No se tiran las macetas al suelo, no se puede pegar a las personas, no se puede ..."
- Fortalecer la autoestima del niño, proporcionándole amor, cariño, seguridad. Si el niño recibe mucha atención cuando está tranquilo, no necesitará recurrir a los berrinches o pataletas.
- Desviar la atención del niño. Por ejemplo, cuando el niño se calma podemos iniciar un juego y esperar que el niño lo continúe.
- Hablar de los sentimientos antes de que se lleguen a descontrolar. La tristeza y la rabia conducen a menudo a rabietas. Algunas circunstancias, como la llegada de un hermano pueden hacer que el niño se sienta desplazado. En este caso tu hijo necesita atención.
4. Lo que NO debes hacer ante las rabietas de los niños
Determinadas actitudes por parte de los padres no solo no ayudarán a calmar la rabieta del niño, sino que de manera indirecta le volverán más vulnerable a sus propios arrebatos de ira.
Es natural inquietarse o alterarse ante la rabieta de un niño, más aún si se trata de nuestro hijo.
Sin embargo, estas son las reacciones que, ante todo, debemos evitar:
- Darle un cachete. En general solo ayudará a que empeore la rabieta. Indica que el niño ha perdido el control y sus padres también.
- Gritarle. Serán dos personas gritando a dúo, sin escucharse. Subirán el tono.
- Ceder al capricho, “para que no monte el numerito”. Esto equivale a premiar al niño por el berrinche. Y por tanto aprenderá que, la próxima vez, solo tiene que llorar un poquito más. Y volverá a intentarlo.
- Ceder por las presiones de la pareja, los abuelos o las personas que estén presentes. Es una situación incómoda, pero somos los padres los que debemos manejarlas ahora y en el futuro.
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