Un grupo de científicos daneses del Kennedy Institute presentó los resultados del uso de un cribado no invasivo, que se utiliza en el embarazo para conocer las alteraciones cromosómicas que padece el feto al nacer. Gracias a esta prueba, los investigadores confirmaron que se habían reducido el número de amniocentesis en el embarazo (una técnica de diagnóstico prenatal invasiva) y el número de niños que nacieron con síndrome de Down.
Durante el embarazo, la mujer puede realizarse una amniocentesis, prueba de diagnóstico prenatal invasiva, para saber si su bebé podría padecer síndrome de Down al nacer. Pero esta prueba conlleva sus riesgos y puede poner en peligro la vida del futuro bebé.
Para realizarla es necesario anestesiar a la madre y realizar una punción en el útero para extraer una pequeña cantidad de líquido amniótico. Se sabe que existe un riesgo de aborto entre el 0,5% y 1%.
Con intención de buscar otras alternativas y nuevos métodos para saber si la salud del futuro bebé no corre peligro, un grupo de expertos daneses ha cambiado de método desde hace tres años y, ahora, utilizan un cribado no invasivo.
El cribado no invasivo consiste en realizar un análisis de sangre materno y una ultrasonografía. Gracias a este método, en Dinamarca se ha reducido a la mitad el número de niños que nacen con síndrome de Down y a un 40% la práctica de la amniocentesis.