Alrededor de la semana 12 de embarazo se realiza el estudio de translucencia nucal del feto. Se trata de una prueba no invasiva que se realiza a través de una ecografía. Ofrece información sobre el riesgo (bajo, moderado o alto) que tiene el feto de padecer determinados trastornos, pero no detecta ni diagnostica las alteraciones. Los resultados de esta prueba han de completarse con los obtenidos en el Triple Screening.
El estudio de translucencia nucal es una prueba no invasiva que se realiza al final de primer trimestre del embarazo. Este estudio orienta sobre la posibilidad de que el feto presente Síndrome de Down u otras alteraciones genéticas y patologías cardíacas.
El estudio de translucencia nucal debe realizarse entre la semana 11 y la semana 14 de embarazo. La prueba se hace a través de una ecografía. Así pues, se trata de una prueba no invasiva.
En esta ecografía se mide el líquido que se forma entre la piel y los tejidos blandos que hay a la altura de la nuca del feto. Se mide el grosor del pliegue nucal. En esta ecografía también se mide el tamaño del fémur y del humero y se observan los órganos internos del feto para analizar la existencia de posibles anomalías.
El estudio de translucencia nucal ofrece un índice de riesgo para determinados trastornos, como Síndrome de Down u otras alteraciones genéticas y patologías cardíacas. Si el grosor del pliegue nucal es menor de 3 mm, esto indica que existe un riesgo bajo de que el feto padezca algún trastorno de los que se estudian.
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¿Qué embarazadas deben realizarse esta prueba?
Puesto que es una prueba no invasiva, que no conlleva ningún riesgo para la salud del feto ni de la madre, se recomienda el estudio de translucencia nucal a todas las embarazadas.
¿Cómo han de interpretarse los resultados?
La medida del grosor del pliegue nucal ha de combinarse con los resultados obtenidos en la prueba del Triple Screening para obtener un índice de riesgo para determinadas alteraciones.
El estudio de translucencia nucal, al igual que el Triple Screening, no ofrece un diagnóstico. Es decir, la información obtenida a partir de esta prueba sólo indica una probabilidad (alta, moderada o baja) de que el feto padezca un trastorno pero no detecta la presencia o ausencia del mismo.
Para poder obtener un diagnóstico fiable, la embarazada tendría que decidir someterse a una amniocentesis.