Los niños con síndrome de Down suelen tener con frecuencia problemas visuales y oculares. Se estima que el 60% de las personas con síndrome de Down presenta problemas oculares.
Las alteraciones visuales más frecuentes son la hipermetropía, la miopía, el astigmatismo, el estrabismo, los nistagmos y las cataratas.
Se estima que en España unas 34.000 personas, y un total de seis millones en el mundo, tienen síndrome de Down. De ellas, el 60% presenta problemas oculares.
Además, diferentes estudios han comprobado que en estos pacientes existe una mayor incidencia de alteraciones oftalmológicas y de la calidad de la visión en comparación con el resto de la población.
“Las alteraciones visuales y oculares son diversas y de gran importancia en la morbilidad de estos pacientes, siendo el grupo de mayor riesgo la población pediátrica”, explica la Dra. Lucía Fernández-Vega Sanz, del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega. “A pesar de que todas estas alteraciones empiezan en la infancia, la mayoría de las veces pueden ser detectadas para evitar complicaciones a largo plazo”, añade.
Los expertos recomiendan una visita inicial al oftalmólogo a lo largo del primer año de vida del paciente y, a partir de ese momento, una revisión anual durante el resto de su vida
¿Cuáles son los principales problemas visuales y oculares de los niños con síndrome de Down?
Las alteraciones visuales y oculares en los niños con síndrome de Down son las mismas que aquejan a la población infantil en general. Sin embargo, en estos pacientes ocurren con mayor frecuencia y en un grado más marcado.
Se pueden clasificar en cuatro grupos:
1. Defectos refractivos
Entre los defectos refractivos se encuentran:
- La hipermetropía, un problema que hace que los objetos cercanos se vean borrosos.
- La miopía, que se manifiesta cuando el paciente percibe borrosos los objetos lejanos.
- El astigmatismo, una imperfección en la curvatura de la córnea o el cristalino del ojo que provoca el desenfoque de la visión.
En la mayoría de los casos estos defectos pueden ser corregidos con gafas y se aplican las mismas pautas para los niños con síndrome de Down que para la población general.
Aunque no es lo habitual, se pueden adaptar las lentes de contacto.
Solo de manera excepcional, cuando resulta imposible la corrección con gafas, puede estar indicada la cirugía refractiva en cualquiera de sus modalidades.
2. Trastornos de la motilidad ocular
En los trastornos de la motilidad ocular se ven afectadas las condiciones motoras y de acomodación del ojo.
Entre los trastornos de motilidad ocular se dan con frecuencia:
- El estrabismo, que corresponde a la falta de paralelismo de los ejes visuales de manera que cada ojo apunta a una dirección diferente.
- Nistagmos, oscilaciones involuntarias y repetitivas de los ojos.
Ambas afecciones pueden provocar posiciones anómalas de la cabeza o tortícolis.
3. Cataratas
Por otro lado, las cataratas, también comunes en niños con síndrome de Down, presentan características diferentes según la edad en la que aparecen.
Tipos de cataratas en niños con síndrome de Down:
- En el recién nacido suelen ser totales.
- En la infancia, suturales y arqueadas periféricas
- Durante la adolescencia, corticales puntiformes
- En el adulto, puede darse la evolución de cualquiera de las anteriores.
Por eso es tan importante el diagnóstico precoz para evitar que esta patología evolucione comprometiendo la capacidad visual y para que el tratamiento quirúrgico sea lo más eficaz posible.
4. Patologías menos prevalentes: blefaritis y obstrucciones lagrimales
La blefaritis
Finalmente, entre las patologías menos prevalentes se encuentra la blefaritis. Se trata de un enrojecimiento crónico del borde libre palpebral y descamación entre las pestañas.
El tratamiento incluye una adecuada higiene palpebral y pomadas antibióticas y antiinflamatorias.
Obstrucciones lagrimales
También son comunes las obstrucciones lagrimales, que pueden requerir una solución quirúrgica.
Prevención como parte del diagnóstico precoz
Desde el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega se recomienda a los padres y cuidadores de pacientes con síndrome de Down realizar una visita inicial al oftalmólogo durante los primeros meses de vida, especialmente para descartar la presencia de cataratas, que en la mayoría de los casos requieren una actuación inmediata. A partir de este momento, la recomendación es una revisión anual durante toda su vida.
“Las patologías oculares alteran de forma significativa la calidad de vida en los pacientes con síndrome de Down y la de su familia. Por ello, que tanto padres como la comunidad médica en general den importancia desde el nacimiento a las alteraciones visuales y oculares puede derivar en acciones preventivas y tratamiento precoz que influyan positivamente en el desarrollo y el bienestar futuro de estos pacientes”, concluye la Dra. Lucía Fernández-Vega Sanz.
El Instituto Oftalmológico Fernández-Vega colabora estrechamente con este colectivo tanto a través de las revisiones oftalmológicas gratuitas que promueve la Fundación Fernández-Vega como con la inclusión en su plantilla de personal, una experiencia que valora muy positivamente y con la que se siente absolutamente satisfecho.
Referencias
1 https://www.sindromedown.net/lf/sindrome-down/
2 Firth, H. & Hurst, J. 2003. Oxford desk reference clinical genetics. Oxford: Oxford Medical publications
3 Guía oftalmológica del síndrome de Down de la Sociedad Española de Oftalmología. En línea: https://www.sindromedown.net/wp-content/uploads/2014/09/99L_guiaoftalmologica4def.pdf