Cuando tu hijo cumple 1 año, deja atrás su etapa de bebé. Ya no es aquel bebé indefenso y absolutamente dependiente de la madre de los primeros meses. En esta etapa, su actividad es constante: gatea, empieza a caminar, parlotea. Su curiosidad no tiene límites.
Durante el segundo año se producen en la vida del niño dos cambios fundamentales: aprende a andar y aprende a expresarse de forma comprensible.
Precisamente son las dos características principales del género humano:
- La posición erecta para caminar, que permite una visión más completa del mundo.
Cuando el niño aprende a andar, puede recorrer toda la casa. Se vuelve más independiente y atrevido, se sube a los muebles y aprende a subir y bajar escaleras. Es una etapa muy importante en el aprendizaje. El bebé descubre el mundo y adquiere autonomía.
- El lenguaje, que favorece la comunicación y el desarrollo de la cultura.
Uno de los grandes logros del niño en su segundo año de vida es el desarrollo del lenguaje. El niño entiende casi todo y aprende a expresarse de forma comprensible, utilizando cada vez un mayor número de palabras.
Para los padres, el segundo año resulta un poco cansado debido a que deben prestar mucha atención al niño que despliega una gran actividad. Sin embargo, también es una etapa apasionante en que el bebé desarrolla muchas relaciones sociales y afianza su autonomía.