Durante la lactancia hay fases que pueden alarmar a la madre porque el bebé come más o menos que de costumbre. La madre puede pensar que se está quedando sin leche o que el bebé ya no quiere mamar. Estas situaciones suelen deberse a cambios naturales en el bebé y se resuelven espontaneamente. Se conocen como crisis de lactancia materna.
En las crisis de lactancia materna se producen dos situaciones típicas:
- La madre se pregunta: ¿me estoy quedando sin leche?
- El bebé rechaza el pecho y realiza «huelgas» de lactancia
Hay etapas especiales en que parece que el bebé está siempre hambriento y muchas madres creen que tienen poca leche. Lo que ocurre es muy simple: el bebé está creciendo un poco más rápido. Como necesita más leche, succiona más. El roce del pezón estimula la producción de prolactina y esto es la señal que desencadena la producción de más leche .
A menudo se tiene un «bache» o crisis de lactancia en momentos como la cuarentena, a los 3 meses o tras alguna pequeña enfermedad. No hay que asustarse, la cantidad de leche se adaptará automáticamente a las necesidades del niño si seguimos el ritmo que él mismo indica.
RECHAZO DEL PECHO Y «HUELGAS» DE LACTANCIA
En ocasiones, el bebé parece que no quiere mamar. La madre puede pensar que su leche no es buena o que el bebé es rebelde. En general, la causa es mucho más simple. Repase la lista siguiente. Quizá encuentre la clave:
- Cambios del sabor de la leche materna. A veces debido a algún alimento muy fuerte o por ingerir demasiada cantidad (aunque el ajo, la cebolla, la coliflor tienen «mala fama», no parece que tengan demasiado efecto en el niño, pero algunos bebés pueden ser más sensibles).
- Retorno de la menstruación. Suele cambiar el sabor de la leche.
- Cambio del olor de la madre: nuevo desodorante, colonia, perfume, etc.
- La madre reaccionó de forma brusca cuando el bebé le dio un mordisco con los primeros dientes.
- Se le han empezado a dar suplementos y no tiene hambre.
- Se ha acostumbrado a chupar tetinas y al flujo de leche más fácil del biberón.
- Tiene más interés en jugar y en explorar el mundo que le rodea que en mamar.
- Cuando rechaza un pecho de forma sistemática, quizá esté incómodo en esa postura.
Casi siempre será fácil descubrir lo que pasa y por lo general, se resolverá enseguida. El bebé necesita un poco de tiempo, paciencia y algún mimo extra. En caso de duda, consulte a un experto en lactancia materna.