Se llama entuertos a los dolores típicos de después del parto, en la zona del útero, durante 5 o 6 días. Estos dolores que se producen en el postparto se deben a las contracciones que permiten que el útero recupere su tamaño original. Pueden ser más intensos en mujeres que han parido ya varias veces, pues la musculatura uterina es más flácida en ellas que en las primerizas.
Los entuertos son los dolores que se producen tras el parto debido a la contracción del útero para volver a su posición habitual en la pelvis.
Se originan como respuesta fisiológica normal para reducir el sangrado genital tras el parto mediante la contractura del músculo uterino. De este modo se consiguen cerrar las venas que nutrían a la placenta cuando estaba inserta dentro del útero durante la gestación.
Tras el nacimiento del bebé, el útero tiene una forma redondeada y una mayor consistencia debido a que se está contrayendo. Mide unos 18 centímetros de largo y pesa alrededor de 900 gramos. Con el paso de los días, el útero va reduciéndose hasta alcanzar su tamaño y peso normales.
Los entuertos pueden ser más dolorosos a partir del segundo parto, ya que la musculatura uterina está más flácida. También son más intensos y frecuentes durante la lactancia materna, ya que la succión del niño provoca la liberación de oxitocina, una hormona que estimula las contracciones uterinas y de los conductos de canalización de la leche dentro de la mama, propiciando la «subida de la leche».
El dolor suele desaparecer al cabo de 5 o 6 días. En caso contrario hay que acudir al médico para que realice una exploración y determine si existe o no alguna anomalía en el útero.
La transformación total del útero no culmina hasta unas seis semanas después del parto. La mejor prueba de que el útero ha vuelto a su estado original es que la mujer deja de notarlo cuando presiona el abdomen por debajo del ombligo.