En ocasiones, a lo largo de la lactancia, el bebé puede experimentar rechazo al pecho materno. Si este rechazo se produce antes del año de vida, habría que buscar la causa que lo produce, ya que esta situación no se debe a un destete natural. Una vez detectada las causa, dar con la solución es más fácil. De esta manera, estaremos evitando un destete temprano.
A lo largo de la lactancia puede producirse un rechazo del pecho por parte del bebé.
Esto suele generar mucha angustia a la madre. Es fundamental tratar de buscar la causa del rechazo para que la madre comprenda qué es lo que está sucediendo y pueda actuar para remediarlo.
En primer lugar, es esencial detectar si existe un rechazo real o si el adulto está interpretando como rechazo algo que no lo es. Para ello, habrá que plantearse varias cuestiones como:
- Si el niño no quiere mamar porque no tiene hambre.
- Si mama muy rápido por lo que necesita mamar sólo unos pocos minutos.
- Si se le está agarrando la cabeza o la nuca para colocarlo al pecho y eso hace al bebé moverse en otra dirección.
También hay que cuestionarse si es que ha llegado el momento del destete y el niño está abandonando la lactancia de forma natural (esto, generalmente, se produce después de los 2 años de edad, y no antes).
Sin embargo, hay ocasiones en las que el bebé experimenta un rechazo real del pecho materno. Pero, ¿por qué?
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7 posibles causas por las que tu bebé rechace el pecho
El rechazo al pecho puede deberse a distintas causas. La madre debe analizar y observar su situación y la de su bebé para detectar cuál es la causa más probable del rechazo de su bebé.
- Una de las causas puede ser que el niño esté sintiendo dolor o esté enfermo y por eso no quiera mamar. Por ejemplo, si le duele la garganta, tragar le incrementará el dolor. Una obstrucción nasal por mucosidad no le permitirá mamar bien, pues no puede respirar por la boca. También podría tener alergia a algún alimento consumido por la madre.
- Otra de las causas puede deberse a un problema de técnica, como la confusión entre pezón y tetina, la posición inadecuada al mamar o que el pecho esté muy lleno al principio de la toma (para lo cual debe vaciarse un poco antes de cada toma).
- El rechazo al pecho también puede deberse a alguna experiencia previa desagradable del niño. Las experiencias desagradables (de sondaje, aspiración…) pueden generar al bebé una aversión oral.
- La vuelta al trabajo de la madre es otro cambio que puede hacer que el bebé rechace el pecho. Esta reacción es normal, tanto como la contraria (alta demanda de la madre cuando vuelve del trabajo).
- Los cambios en la rutina familiar (problemas familiares, mudanza, visitas…) también puede provocar el rechazo al pecho.
- La vuelta de la menstruación a la madre o un nuevo embarazo también puede provocar rechazo. Se cree que la leche cambia de sabor.
- Los olores de colonia o desodorante de la madre también podrían provocar rechazo, así como el ruido ambiental. Algunos niños necesitan un ambiente muy tranquilo para poder mamar bien.