Cuando se alimenta al bebé a base de lactancia artificial, muchas veces se presupone que la participación del padre va a ser mayor que cuando se opta por la lactancia materna. Sin embargo, es interesante que la pareja reflexione sobre cómo quiere alimentar a su bebé, entendiendo ésta como un acto de comunicación, relación e intercambio emocional.
Muchas madres que alimentan a sus bebés a base de lactancia artificial comentan que una de las mayores ventajas de ello es que los padres tienen una posibilidad mucho mayor de participación en la alimentación del bebé que en la lactancia materna.
Con esto se refieren a que el padre (u otros familiares) pueden dar el biberón al bebé, además de la madre. Esto significa que la madre puede evitar hacer algunas tomas y que se las den al bebé en su lugar otros familiares.
A simple vista, esto es una comodidad para la madre, pues le permite descansar y poder dormir algunas horas seguidas. No exige la exclusividad de la lactancia materna que, obviamente, no permite delegar en ninguna persona en las tomas.
Sin embargo, si se tienen en cuenta los componentes afectivos de la alimentación del lactante se comprenderá que no es recomendable que al bebé le den el biberón varias personas diferentes.
Idealmente, debería ser la madre la que diese al bebé todas las tomas durante, al menos, el tiempo que dura la lactancia exclusiva. Esto es así porque asemejar la alimentación con biberón al amamantamiento permite conservar, en buena medida, los beneficios emocionales de la lactancia materna cuando se da el biberón.
Sin embargo, en ocasiones, esto es complicado para los padres.
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El padre y el biberón
Los padres, muchas veces, desean participar en la alimentación de sus bebés, darles el biberón.
La decisión de cómo va a darse el biberón al bebé debe tomarse de mutuo acuerdo entre el padre y la madre.
Si se decide que solo lo va a dar la madre para fomentar el establecimiento del vínculo materno-filial requiere una comprensión muy respetuosa y empática por parte del padre. En muchas ocasiones, esto no es fácil de alcanzar.
Por otra parte, el cansancio materno en el postparto hace muy necesaria la colaboración paterna en el cuidado del bebé. Muchas veces, para dejar descansar a la madre, el padre quiere dar el biberón al bebé.
Esta es una situación frecuente y lógica. Sin embargo, si la pareja desea reproducir las condiciones de la lactancia materna lo más posible, el padre puede colaborar de muchas otras maneras diferentes a dar el biberón.
El baño, la preparación de la leche, el cambio de pañal… son cuidados que el padre puede ofrecer a su bebé, facilitando el descanso de la madre.
En cualquier caso, si se decide que las tomas de biberón también las va a ofrecer el padre, es importante que se respete que solo sean el padre y la madre los que lo hagan, evitando que haya demasiadas personas alimentando al bebé.
Es importante tener en cuenta que la alimentación del lactante es un acto de comunicación, relación e intercambio emocional de una gran riqueza y que el bebé necesita establecer un vínculo afectivo seguro con su madre, en primer lugar.