Muchas mujeres que amamantan a sus hijos se encuentran con que las tomas nocturnas no les permiten descansar bien. Esta falta de descanso se suele convertir en un problema cuando a la madre se le termina el permiso de maternidad y ha de reincorporarse al trabajo. En estos casos, es importante mejorar el cansancio materno para que madre y bebé puedan seguir beneficiándose de la lactancia durante el todo el tiempo que deseen.
La lactancia debe ofrecerse a demanda tanto por el día como por la noche. Esto implica que la madre debe estar disponible para amamantar a su bebé durante las 24 horas del día.
Esta disponibilidad materna es especialmente importante durante los 6 primeros meses de vida del bebé, en los que la alimentación del mismo debe ser a base de lactancia exclusiva. Sin embargo, los permisos de maternidad tienen una duración de 16 semanas solamente, lo cual obstaculiza bastante los últimos meses de lactancia exclusiva.
Además, las frecuentes tomas nocturnas de los bebés menores de 6 meses pueden interferir el sueño y el descanso materno. Por eso se recomienda a la madre aprovechar para dormir mientras su bebé está dormido, sea la hora que sea. Esto tampoco es posible cuando termina el permiso de maternidad.
En cualquier caso, para una lactancia satisfactoria y un descanso adecuado de madre y bebé es recomendable que ambos duerman juntos en la misma cama (colecho) o en la misma habitación (cohabitación).
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¿Cómo favorecer el descanso de la madre durante la lactancia nocturna?
A partir de los 6-7 meses de edad del bebé, cuando éste ya ha comenzado a probar los alimentos complementarios, puede intentarse adaptar el patrón de amamantamiento nocturno a las necesidades de la madre.
- En primer lugar, es importante que el bebé mame mucho durante el día. Muchos bebés maman menos a lo largo del día porque están distraídos o entretenidos con otras actividades y aprovechan la quietud de la noche para mamar. Así, es importante que se le ofrezca el pecho al bebé durante el día. Esto a veces es difícil si la madre está trabajando y pasan parte del día separados. En estos casos, habría que aprovechar el tiempo que madre e hijo están juntos para ofrecer el pecho (por ejemplo, la tarde).
- En segundo lugar, es importante que el contacto físico entre el bebé y la madre durante el día se incremente. Muchos bebés demandan durante la noche las carencias de contacto que han experimentado durante el día.
- También puede intentarse darle el pecho al bebé justo antes de que la madre se vaya a dormir. Si el niño ya está dormido, no hay que despertarlo para ello, pero si la madre se acerca a él, es muy posible que el pequeño se agarre al pecho sin mucho esfuerzo. De esta manera, tardará más en volver a despertarse para mamar y la madre puede descansar un rato.
- Asimismo, es importante que el padre se implique en las rutinas de sueño del bebé. De esta manera, él también podrá responder a parte de los despertares nocturnos. Si la madre se saca leche durante el día, el padre podrá darle un biberón de leche materna al bebé en alguno de sus despertares nocturnos.
- También es importante que el bebé no tenga el pecho de la madre demasiado disponible mientras duermen. Es interesante que la madre se tape el pecho con el pijama cuando el bebé haya terminado de mamar y que se aleje un poco. Al no tener el pecho inmediatamente disponible, el bebé, si se despierta, tal vez se vuelva a dormir sin reclamar el pecho.
- Es esencial tener presente que la lactancia nocturna y el cansancio materno son situaciones transitorias, que pasarán y que llegará el momento en el que el hijo (y, por tanto, la madre) duerman toda la noche.