Muchas veces, el padre es el gran olvidado en la lactancia. Sin embargo, desempeña un papel fundamental en el inicio y desarrollo de la misma. Su actitud frente a la lactancia materna es esencial para la madre lactante. Sus expectativas, conocimientos, ideas y emociones hacia la lactancia determinarán, en buena medida, el devenir de ésta.
Cuando se habla de lactancia, es muy evidente la importancia de la madre y el bebé en la misma. Sin embargo, el papel del padre, aunque menos evidente, también es fundamental.
La actitud del padre hacia la lactancia, sus expectativas, ideas, conocimientos y creencias son muy importantes al inicio de la misma. Cuando el bebé acaba de nacer y la lactancia comienza a instaurarse, el apoyo del padre a la madre es fundamental.
Si el padre tiene una actitud positiva hacia la lactancia, fomentará que la madre dé el pecho, le facilitará las tomas a demanda y le dará soporte durante el día y la noche para que pueda amamantar a su bebé.
El padre que conoce el valor de la lactancia tenderá a descargar a la madre de otras tareas para que pueda dedicarse al amamantamiento más descansada. Asimismo, tratará de proporcionar un ambiente tranquilo y relajado a la madre y el bebé.
Por otra parte, el padre que tiene buena actitud hacia la lactancia apoyará el mantenimiento de la misma, así como prácticas beneficiosas para la lactancia (dar el pecho a demanda, practicar colecho, etc.).
De esta manera, la buena actitud del padre hacia la lactancia beneficia, en gran medida, la instauración y el mantenimiento de la misma. Esta actitud favorece la autoestima de la madre, le da apoyo para solucionar posible problemas que puedan surgir y permite a la madre y al bebé disfrutar plenamente de la lactancia.
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Cuando el padre no está convencido…
Sin embargo, en algunos casos, el padre no valora la lactancia materna, no le parece importante o, incluso, le resulta una carga.
Cuando esto sucede, la lactancia materna corre peligro de no llegar a instaurarse o de que se produzca un destete precoz.
Si la madre no encuentra apoyo al principio, es posible que se rinda ante las dificultades que puedan surgir en los comienzos de la lactancia.
Si se consigue la instauración de la misma, puede suceder que se destete al bebé precozmente ante la presión familiar o la infravaloración de la lactancia.
Esto puede incidir negativamente en el estado de ánimo de la madre y en su autoestima y complicar el puerperio.
En estos casos, es recomendable que la madre, si experimenta conflicto por este motivo, busque apoyos externos. Otras mujeres de su entorno, grupos de apoyo a la lactancia, asesoras de lactancia…. podrían serle de gran ayuda emocional.