Las vacaciones de nuestros hijos son más largas que las nuestras. Organizarse para que ellos tengan actividades mientras nosotros mantenemos nuestros horarios laborales es a veces muy difícil si no sabes cómo. Te damos a continuación algunos consejos.
Los niños inician sus vacaciones escolares mucho antes de lo que lo hacemos los padres que tenemos que trabajar. En muchos casos esta situación supone un problema para muchas familias. Durante las vacaciones de los niños, que en España son más del doble que la de los padres, algunos optan por dejarlos con los abuelos o, en su defecto, a cargo de una cuidadora. Pero, independientemente de con quién los dejemos, los padres debemos planificar su tiempo libre para evitar peligros como el «temido» sedentarismo.
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Planificar las vacaciones de los niños
Aunque parezca una obviedad, conviene organizar las vacaciones de los niños con cierta antelación, al menos algunas semanas antes de que finalice el curso escolar. De esta forma evitamos sobresaltos de última hora y podemos anticiparnos a cualquier imprevisto.
Uno de los beneficios de planificar sus vacaciones es que los niños tienen la sensación de seguir cierto orden en verano, aunque sea de forma más relajada que durante el curso escolar.
De lo contrario podría ocurrir que, después de la euforia inicial y de los primero días de descanso, los niños se aburran y se planten horas y horas frente a la pantalla del televisor o jugando a la videoconsola. Esto no significa que no lo puedan hacer, sino que hay que hacerlo con cierta moderación, y nunca más de dos horas al día.
Para planificar sus vacaciones podemos empezar por hacer una lista con las posibilidades que tenemos. Y preguntar a los niños si les gustaría hacer algo especial durante sus vacaciones.
Por ejemplo, si decidimos apuntarlo a un curso tenemos que ver si es compatible con nuestro horario laboral, si supone un esfuerzo económico que quizá no podamos afrontar o planificar su día si decidimos quedarnos en casa…
Establecer horarios y rutinas
Durante la semana es importante establecer ciertos horarios relacionados con el sueño y su alimentación: la hora de desayunar, comer y cenar, aunque esto varía de una familia a otra en función de sus necesidades. Por ejemplo, una hora aceptable para levantarse es entre las 10 y 11 de la mañana. La hora de la comida no debe ser más tarde de las 15.00 horas y la cena alrededor de las 20.00 o 21.00 horas.
Este tipo de rutinas nos ayudará a evitar cambios bruscos en sus horarios cuando inicien, de nuevo, el curso escolar.Tampoco conviene ser excesivamente rígido con las horas que marcamos ya que los niños deben tener la sensación de vacaciones y en verano es común que surjan imprevistos.
Organizar actividades para niños
Durante las vacaciones los niños tienen mucho tiempo libre por lo que conviene apuntarlos a alguna actividad. Muchos centros privados o instituciones públicas organizan actividades para ellos como cursos de verano, campamentos, ludotecas, campamentos urbanos…
Si optamos por esta opción conviene hablar con nuestros hijos y preguntarle por sus gustos. De esta forma no les supondrá un gran esfuerzo seguir la actividad con regularidad. Por ejemplo, si le gustan las manualidades podemos apuntarlos a un taller de pintura o si les gusta la naturaleza a un campamento de verano que se realice en un paraje natural.
Para saber la oferta de actividades que existe podemos llamar a diferentes centros para preguntar por las fechas de inscripción, que suelen finalizar días o semanas antes de que comience la actividad, el horario, el precio y la duración.
Planes para hacer con niños
Durante las vacaciones de los niños, los padres podemos preparar algún plan con ellos después del trabajo como salir a dar un paseo, tomar un helado o practicar algún deporte (patinar, ir en bicicleta, jugar una partida de fútbol…).
Otra opción posible es ir al cine y ver alguna película de dibujos animados.
En cambio, si vivimos cerca de la costa, o tenemos la posibilidad de ir a una piscina, podemos darnos un refrescante chapuzón en el agua. ¡Los niños se lo pasarán en grande!
En verano también es habitual que muchos pueblos y ciudades celebren sus fiestas patronales. Llevar a los niños y disfrutar del ambiente festivo es un plan que a los niños les encanta.