La biopsia corial es una técnica de diagnóstico prenatal invasiva que puede realizarse a partir de las 8 semanas de embarazo. Esta prueba sirve para descartar enfermedades genéticas en el feto, como fibrosis quística, metabolopatías, enfermedad de Duchenne… El riesgo de aborto es más bajo que en el caso de la amniocentesis y oscila entre el 3 – 5%.
La biopsia corial es un sistema de diagnóstico prenatal que consiste en obtener un pequeño fragmento de la placenta para analizarlo. Para extraerlo, se llega a la matriz a través de la vagina y del cuello del útero.
También puede hacerse a través de las paredes del abdomen (como en la amniocentesis y la funiculocentesis), pero utilizando una aguja más gruesa. Se puede realizar a partir de las 8 semanas de gestación.
¿Para qué sirve la biopsia corial?
Como la placenta es un tejido que tiene la misma composición que el embrión, permite realizar un estudio genético con más seguridad que si se realiza la biopsia del feto. Por eso se utiliza cuando interesa descartar enfermedades genéticas en el bebé (como fibrosis quística, metabolopatías, enfermedad de Duchenne). Como es un tejido que crece muy deprisa, los resultados de los estudios de citogenética se obtienen en 3-4 días.
¿Qué riesgos entraña la biopsia corial para el embarazo?
Esta prueba tiene un riesgo de pérdida fetal o aborto del 3-5%.