El pescado tiene una textura que hace fácil que el bebé lo mastique y trague. Puede que algunos bebés lo rechacen inicialmente por su sabor. Puede empezar a ofrecerse en torno a los nueve meses de edad. Algunos expertos recomiendan retrasarlo hasta los 12 ó 18 meses porque puede producir alergia. Obviamente, hay que tener mucho cuidado en extraer todas las espinas del pescado.
Muchos de los animales que viven en el agua (salada o dulce) son comestibles y el hombre los ha utilizado en su dieta desde tiempos inmemoriales.
Aunque buena parte de su composición (entre el 70 y el 80%) es agua, constituyen una buena fuente de proteínas (15-20%).
La concentración de grasas marca importantes diferencias:
- El pescado azul suele tener más del 10% de grasas.
- El pescado blanco tiene menos del 10%.
- Los mariscos prácticamente no tienen grasa (1-5%).
Las grasas del pescado son beneficiosas para el metabolismo humano.
Tomar pescado a menudo es útil para prevenir el raquitismo (carencia de vitamina D) y el bocio (carencia de yodo).
Los niños comen pescado en el puré o también en trozos (previamente cocido, frito, rebozado, asado…) o en croquetas. Sin embargo, algunas personas son alérgicas a determinados pescados o mariscos.