Todos hemos visto padres que cuando se cae el chupete de su hijo al suelo lo chupan ellos mismos para limpiarlo. A simple vista, esto podría parecer una conducta antihigiénica o potencialmente perjudicial para el niño, por el riesgo de contagios. Sin embargo, en un estudio se han encontrado conclusiones sorprendentes sobre este hecho.
En un estudio realizado en el Hospital Reina Silvia (Universidad Sahlgrenska) de Göteborg (Suecia) se comprobó que se reduce el asma y la propensión a eccemas en la edad infantil si los padres limpian el chupete de los bebés introduciéndolo en la boca.
La base de esta afirmación es que mediante la limpieza del chupete con la boca de los padres se transmiten bacterias a la boca del bebé, lo que aumenta la diversidad bacteriana del aparato digestivo del niño, mejorando su sistema inmune.
Es de sobra conocido que el parto vaginal expone a los niños a las bacterias de la madre, al pasar por el conducto vaginal, y que este tipo de parto se relaciona con un número menor de alergias en la infancia. Esta idea respalda la posibilidad de protección del bebé al lavar el chupete con la saliva de los padres.
En el estudio sueco se seleccionaron bebés con propensión a las enfermedades alérgicas (había un padre alérgico en el 80% de los casos) y se les hicieron pruebas de alergia a los 18 y 36 meses. Los hijos de padres que habían limpiado los chupetes con la boca tenían un 63% menos de probabilidades de tener eccema a los 18 meses y un 88% menos de tener asma que los hijos de padres que no limpiaban el chupete de esta forma.
El autor principal de este estudio indica que no se ha encontrado ninguna relación entre chupar el chupete y la reducción de sensibilidad del bebé frente alergenos comunes, como el pelo de perros y gatos, los huevos y los frutos secos.
Tampoco hay una relación clara entre limpiar el chupete con la saliva de los padres y el asma y eccema, por lo que no puede recomendarse categóricamente esta técnica de limpieza a los padres.
Sin embargo, los padres deben saber que limpiar el chupete con la boca podría ser favorable para el bebé o, en cualquier caso, que no es un hábito perjudicial.