Cuando nace, el bebé tiene la piel fina y suave. Inmediatamente después del parto todavía conserva algunos restos de vérnix caseoso, una grasa especial que le protege dentro del líquido amniótico.
Esta piel tan delicada, con un grosor muy inferior a la de un adulto, necesita unos cuidados específicos durante sus primeros años de vida.
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4 consejos para cuidar la piel de tu bebé
1. Hidrata la piel del bebé
Muchos bebés sufren irritación en la piel en sus primeros meses. Su piel es muy fina y está más desprotegida frente a las agresiones del entorno debido a su escaso grosor.
Aprovecha el momento de después del baño de tu bebé para darle un suave masaje. Disfruta de este momento para compartir miradas y caricias.
En las primeras semanas de vida del bebé suele producirse una descamación de la piel, debido a su permanencia en el líquido amniótico durante los nueve meses de embarazo. Por eso debes hidratar su piel con lociones emolientes específicas para bebés. Evita las cremas con perfume.
Un buen momento para aplicar la crema es después del baño. Aprovecha para darle un suave masaje e interactuar con tu hijo.
Algunos bebés sufren de dermatitis atópica, un problema muy frecuente que provoca irritación e inflamación de la piel. Suele aparecer primero en la cara y en las mejillas. Luego se extiende al tronco, las muñecas y los pliegues de la piel, sobre todo las ingles y la parte interior de los codos.
Esta afección requiere de determinados tratamientos específicos para la piel atópica. En estos casos no basta con hidratar la piel. Para obtener un diágnostico adecuado acude al especialista en dermatología pediátrica que será quién establezca un tratamiento individualizado para tu hijo.
2. Previene la dermatitis de pañal
La dermatitis de pañal se produce por el contacto de la piel del bebé con la orina y las heces del pañal. Esta molestia produce una irritación y escozor en la piel del culito del bebé. Verás que aparecen unos pequeños granitos rojos en la piel de la zona del pañal.
La mejor forma de prevenirlo es cambiando frecuentemente los pañales del bebé y manteniendo la piel de esta área seca. Utiliza pañales de absorción alta como los pañales Dodot que mantienen el culito del bebé seco durante más tiempo.
Si la dermatitis ya ha aparecido, aplica una fina capa de pomada tópica a base de óxido de zinc en la zona afectada que funcionará como barrera frente a la humedad y las heces.
No utilices polvos de talco para mantener seco el culito de tu bebé. Los polvos de talco están en desuso en la actualidad. Desde hace unos años se piensa que pueden ser peligrosos para el bebé. El riesgo de inhalación es alto y pueden provocar al bebé distintas afecciones respiratorios.
3. Dále un baño corto
Desde el punto de vista de la higiene, basta con bañar a los bebés dos o tres veces por semana. El resto de los días se le puede asear con una esponja vegetal y agua templada y limpiar los pliegues de las piernas, los brazos y el cuello con un aceite especial para bebés.
Los pediatras recomiendan no usar jabón durante los primeros días, ya que éste elimina la capa de grasa que recubre la piel del bebé al nacer. Cuando el bebé es más mayor utiliza jabones neutros muy suaves y en poca cantidad.
El baño debe ser corto, no más de 3 a 5 minutos. No dejes que se remoje en el agua durante mucho tiempo. Si es recién nacido vigila que el cordón umbilical no se moje durante demasiado tiempo y se reblandezca.
4. No expongas a tu bebé directamente al sol
Como la piel del bebé es más fina e inmadura que la de los adultos, el riesgo de quemaduras es mayor.
No se recomienda utilizar crema de protección solar en los bebés menores de 6 meses. Evita exponer a tu hijo al sol de forma prolongada.
Protégele de los rayos solares. Busca la sombra y vístele con ropa fresca de algodón que le cubra los brazos y las piernas. Utiliza un gorro para cubrirle la cabeza.
A partir de los 6 meses elige una crema que tenga protección frente a rayos UVA y UVB con un factor de protección alto. Extiéndela media hora antes de la exposición al sol y repite la operación cada 2 o 3 horas. Si estás en una zona de baño elige una crema de protección que sea resistente al agua.
Evita siempre las horas centrales del día en que la radiación solar es más intensa y protege a tu hijo frente a los efectos nocivos del sol.