Decimos que la embarazada «ha roto aguas» cuando se rompe la bolsa de líquido amniótico, debido a las primeras contracciones del parto o a la presión que ejerce la cabeza del feto sobre la misma. Sabrás que has roto aguas cuando expulses por la vagina abundante cantidad de un líquido acuoso, claro e inodoro. Lo normal es que las contracciones comiencen en las 12-14 horas siguientes a la rotura de la bolsa.
La bolsa de líquido amniótico se rompe debido a la presión que ejerce la cabeza del feto sobre sus membranas o como consecuencia de las primeras contracciones.
Es lo que se conoce como «romper aguas». Puede ocurrir antes del parto o durante la primera fase del mismo.
La expulsión de un líquido acuoso y claro, por lo general abundante e inodoro, es una señal de la rotura de las membranas de la bolsa.
Si el fluido está teñido de color verdoso, puede que contenga restos de meconio, la sustancia de desecho que el bebé expulsa nada más nacer por el aparato digestivo.
En este caso lo mejor es ir al hospital cuanto antes, ya que puede ser una señal de sufrimiento fetal y quizá sea necesario provocar el parto o tomar otra serie de medidas como una cesárea urgente o una inducción del parto.
En situaciones normales, la mujer puede romper aguas estando en casa, de camino al hospital o en el mismo centro hospitalario. Si se produce estando en casa, es importante comunicárselo al ginecólogo que le aconsejará a la paciente que acuda al hospital.
Lo normal es que las contracciones comiencen en las 12-14 horas siguientes. Si esto no ocurre, el médico probablemente inducirá el parto para prevenir posibles infecciones.