El 6 de septiembre de 2007 nació en España el primer bebé de Europa que fue sometido a una cirugía fetal. La intervención tuvo lugar en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. El objetivo era corregir, en medida de lo posible, una grave anomalía del tubo neural: la mielomeningocele o espina bífida.
El pasado 6 de septiembre de 2007 nació María en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla cuando cumplía 32 semanas de gestación. La pequeña, que pesó 2 kilos 750 gramos y midió 40 centímetros, es noticia por ser el primer bebé en nacer en Europa después de haber sido intervenida a una cirugía fetal abierta.
- Un diagnóstico precoz
- La solución: una cirugía fetal abierta
- Un equipo multidisciplinar
- La operación: paso a paso
- La última tecnología
- La situación actual
Gracias a la realización de una ecografía 2d, 4d y una resonancia magnética en la 21 semanas de gestación, la madre de María descubrió que su hija (todavía en su vientre) padecía una grave malformación congénita.
La mielomeningocele o espina bífida es una malformación mayor que pone en peligro la vida de las personas que la padecen. Esta anomalía del tubo neural (encargado de formar el sistema nervioso central) ocurre cuando el tejido nervioso está expuesto al líquido amniótico durante la gestación.
En el útero, la médula espinal protuye por la espalda y el niño o niña corren el peligro de que se infecten sus meninges. De esta forma , se evita la formación de los huesos de la columna vertebral. Al nacer, el bebé puede padecer enfermedades graves como parálisis, hidrocefalia o alteraciones de la columna. En la actualidad, esta enfermedad afecta a uno de cada 3.500 recién nacidos.
La solución: una cirugía fetal abierta
El avance de la medicina ha permitido disminuir las secuelas neurológicas de la mielomeningocele a través de la correción fetal intrauterina. Según la literatura científica, esta mejoría está íntimamente relacionada con la edad gestacional a la que se realiza la intervención. Cuanto antes, mejor. La madre de María, asesorada por el equipo del Programa de Medicina y Terapia Fetal de Hospitales Universitarios Virgen del Rocío, decidió someterse a una cirugía fetal abierta en la 26 semanas de gestación.
Tras una preparación exhaustiva por parte de los profesionales del hospital hispalense (ensayos generales durante semanas sin paciente), la madre de María fue operada el pasado 31 de julio.
En la intervención participaron más de 15 especialistas. Entre ellos, los doctores Guillermo Antiñolo (director de la Unidad de Genética y Reproducción), Rafael Torrejón (jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia), Juan Carlos Agustín (jefe de Cirugía Pediátrica) y Javier Márquez (jefe de Neurocirugía Infantil).
Para realizar la cirugía fetal abierta, el equipo médico administró una anestesia epidural a la madre (para controlar el dolor) antes de realizar la cesárea. El útero se localizó mediante una ecografía fetal y se practicó una histerotomía (apertura del útero) para recoger el líquido amniótico.
El siguiente paso fue estabilizar el útero para evitar los movimientos del feto y acto seguido, se aplicó una anestesia fetal. El último paso consistió en corregir el defecto del tubo neural y, simultáneamente, cerrar el útero y reponer, de nuevo, el líquido amniótico.
Esta operación no sería posible sin la ayuda del Grupo de Física Interdisciplinar de la Escuela Superior de Ingenieros. Gracias a ellos y a la Universidad de Sevilla, el equipo médico contó con la más avanzada tecnología para realizar la operación. Los neurocirujanos utilizaron un casco compuesto de microcámara, óptica de aumento y sistema de iluminación.
En la actualidad, tanto María como su madre evolucionan favorablemente y posiblemente, en el futuro, la pequeña no tenga problemas para andar gracias a la operación de cirugía fetal.