La mayoría de los niños pequeños pasa por una «etapa de palabrotas» entre los 3 y los 5 años. Esto se debe a que su lenguaje cada vez está más desarrollado, los niños tienen un vocabulario más amplio y pueden utilizarlo para provocar reacciones en los demás. Los padres deben ayudar a los niños a superar esta etapa y enseñarles a expresarse de una forma más adecuada y positiva.
Las primeras palabrotas en los niños pequeños suelen aparecer entre los 3 y los 5 años de edad. Esto es así porque en esta etapa el lenguaje del niño está desarrollándose rápidamente y los niños encuentran nuevas maneras de utilizarlo.
Así pues, entre los 3 y los 5 años los niños descubren que a través del lenguaje pueden provocar reacciones en los demás y lo utilizan para ello. Es a esta misma edad cuando pueden aparecer las primeras mentiras.
La mayoría de los niños pasa por una “fase de las palabrotas”, con duración e intensidad variable, dependiendo de cada niño y de cada familia.
Cuando un niño pequeño comienza a decir palabrotas, su intención no es atribuirnos el significado de la palabrota o insultarnos, sino que nos está intentando transmitir un estado emocional propio. Por ejemplo, si un niño llama «tonta» a su madre, no quiere decir que piense que su madre sea «tonta», sino que está tratando de expresar que se siente mal por algo (por ejemplo: estoy triste porque hoy has pasado poco tiempo conmigo).
Así, en ocasiones, los niños utilizan las palabrotas para expresar sentimientos negativos. Por ello es importante tratar de entender qué nos quiere transmitir el niño con las palabrotas, qué emociones está tratando de expresar.
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¿Cómo deben actuar los padres ante las palabrotas?
Los padres deben adoptar una postura empática con el niño que dice palabrotas para tratar de entender qué le está sucediendo, qué quiere transmitir en realidad.
No obstante, es importante que los padres transmitan a sus hijos que decir palabrotas no es una manera adecuada para expresar sus sentimientos y para ello deben:
Ejercer de modelo para el niño.
Los padres deben cuidar su vocabulario y no emplear palabrotas delante del niño. Los niños imitan a sus padres, la imitación es uno de los motores del aprendizaje infantil. Si queremos que nuestros hijos hablen adecuadamente, nosotros debemos hacer lo propio.
Los padres también han de expresar emociones negativas sin utilizar palabrotas para ello. De esta manera estarán enseñando a su hijo a expresar sus propios sentimientos negativos de forma adecuada. Por ejemplo, utilizar expresiones como «no me gusta», «no está bien» o «es aburrido» en vez de utilizar palabrotas, servirá de modelo a los niños.
Explicar al niño de forma sencilla que decir palabrotas es molesto.
Los padres deben explicar a los niños que decir palabrotas es ofensivo para los demás y que deben evitar decirlas.
No es necesario darle demasiada importancia al tema de las palabrotas ni transmitirle al niño mucha gravedad, simplemente ha de explicársele de forma clara y sencilla que lo que hace no es adecuado. Por ejemplo: «mamá se siente triste cuando alguien le llama tonta»
Ofrecer alternativas a las palabrotas.
Si el niño está utilizando las palabrotas para expresar un estado de ánimo negativo y le decimos que deje de utilizarlas, es importante ayudarle a obtener otra herramienta para expresar dichas emociones negativas. Debemos ayudar al niño a definir a través del lenguaje sus sentimientos.
Así, cuando el niño utilice una palabrota, los adultos podemos tratar de definir lo que el niño quiere expresar, de una forma más adecuada. Por ejemplo, si el niño dice «ese niño es idiota», nosotros podemos explicarle que es mejor decir «ese niño no me cae bien».
Fomentar el desarrollo del lenguaje.
Si el niño va adquiriendo habilidades de lenguaje cada vez más sofisticadas, probablemente encontrará otras formas de expresión diferentes a las palabrotas. Hablar con los niños, contarles cuentos, cantarles… son algunas de las acciones que podemos llevar a cabo para fomentar el desarrollo del lenguaje y ampliar su vocabulario.