La exposición a radiaciones entraña graves riesgos en el embarazo

Las radiaciones durante la gestación, ya sean rayos x u otras radiaciones ionizantes, pueden afectar negativamente al sistema genético encargado del desarrollo de las células del feto, produciendo en su cuerpo algún tipo de mutación.
Cuando el embarazo está en sus primeras semanas hay que procurar no hacerse radiografías, ya que éstas pueden provocar en ocasiones un aborto.
Si este tipo de exposición es inevitable, el médico deberá asegurarse de cubrir el abdomen y la glándula tiroides de la mujer con un protector de plomo.
En la actualidad, el personal sanitario que trabaja en estos departamentos suele estar protegido frente a este tipo de radiación.
No existe evidencia de que la exposición de la mujer embarazada a radiaciones no ionizantes (radiaciones ultravioleta o infrarrojas que provienen de televisores, vídeos, ordenadores, impresoras, fotocopiadoras, hornos, microondas, etc.), sea peligrosa para la mujer y el feto.
Sin embargo, todavía se deben realizar más investigaciones y estudios al respecto.
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