La Sociedad Española de Reumatología (SER) señala que algunos fármacos para tratar enfermedades reumáticas, como los anti TNF, pueden ser seguros durante el primer trimestre de gestación, período en el que el riesgo de malformaciones en el feto es mayor.
Recientemente se celebró en Barcelona el curso Reumatopics que impartió la Sociedad Española de Reumatología (SER). Durante el encuentro se proporcionaron algunos consejos para mujeres con enfermedades reumáticas en edad fértil y se comentaron cuáles eran los últimos avances en el tratamiento de estas enfermedades.
Algunos medicamentos para tratar enfermedades reumáticas, como el metotrexato o la lefluomida, pueden producir malformaciones en el feto, incluso si se administran algunos meses antes de la concepción. De ahí, que los expertos señalen que es fundamental planificar el embarazo si la mujer sufre alguna enfermedad reumática.
En cambio, los medicamentos inhibidores del Factor de Necrosis Tumoral, conocidos como anti TNF, han demostrado ser seguros para el tratamiento de estas enfermedades durante el embarazo. Son biológicos y utilizados en el tratamiento de procesos inflamatorios crónicos. Por eso, son considerados como medicamentos «puente» entre la suspensión de medicamentos como metotrexato o leflunomida y el momento de la concepción”, señala la Dra. Inmaculada Chalmeta, reumatóloga del Hospital Universitario La Fe de Valencia, participante en el curso.
Otros fármacos como la salazopirina, la hidroxicloroquina o incluso la prednisona, pueden ser utilizados durante el embarazo siguiendo una serie precauciones, fundamentalmente adecuando la dosis. En pacientes con enfermedades muy agresivas en las que estos fármacos resultan insuficientes, puede administrarse -con el consentimiento informado de la paciente- un anti TNF, que podría mantenerse hasta que se produzca la concepción o incluso durante el primer trimestre, indica la Dra. Chalmeta.
Por lo general, «la embarazada con enfermedad reumática suele ser muy cumplidora, tanto con el tratamiento como con las visitas programadas al especialista», señala la Dra. Inmaculada Chalmeta. Y concluye: “creo que el hecho de haberles proporcionado información de forma preconcepcional sobre los riesgos tanto maternos como fetales, y también la cuidada supervisión que llevan durante este periodo, favorece la cumplimentación del tratamiento”.