Bajo el lema ¡Mi voz cuenta!, se celebra el 10 de diciembre el Día Internacional de los Derechos Humanos 2012. La ONU nos recuerda que todos tenemos a ser escuchados y a participar en la toma de decisiones políticas.
Hace más de 60 años que se redactó la Declaración de los Derechos Humanos (DUDH), un documento muy importante que nació como respuesta a las atrocidades más despiadadas del ser humano.
La Declaración se adoptó en París, en el Palacio de Chaillot, el 10 de diciembre de 1948. Eleanor Roosevelt, viuda del Presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, presidió el Comité de Redacción. El texto fue aprobado por 58 Estados Miembro de la Asamblea General de la ONU.
En este texto se recogen los derechos de los hombres y las mujeres de todas las partes del mundo, sin distinción de sexo, raza, religión o condición política en 30 artículos. Hoy es una fuente de inspiración para cada uno de nosotros: contra las injusticias, conflictos, represiones…
Algunos de los comités creados bajo el amparo de la Declaración de los Derechos Humanos son la UNESCO, UNICEF, ACNUR o la OMS, entre otros. La Declaración de los Derechos Humanos es el primer reconocimiento universal de que todos los derechos básicos y libertades fundamentales son inherentes a los seres humanos e inalienables. Aunque es un documento orientativo, ha servido de base para la redacción de tratados de obligado cumplimiento para todos los miembros de las Naciones Unidas.
Este año el Día Internacional de los Derechos Humanos se centra en el derecho a la participación de la sociedad. Este derecho comprende el derecho a ser oído, ser escuchado y participar en las decisiones de nuestra comunidad.
Respecto a esta situación, el secretario de las Naciones Unidad, Ban Ki-moon, alertó de la situación de grave peligro en la que se encuentran algunos gobiernos democráticos, ya que muchos de los avances logrados con mucho esfuerzo están siendo mermados en este ámbito.
«No siempre basta con promulgar nuevos derechos o eliminar leyes injustas. Con demasiada frecuencia, la discriminación persiste en la práctica, creando obstáculos y modos de pensar que pueden ser difíciles de superar», advirtió Ban Ki-moon.
Por esta razón, para que el derecho a la participación se cumpla, también es necesario que se garanticen la libertad de expresión, la libertad de opinión, la libertad de reunión pacífica y la libertad de asociación. En este sentido, Ban indicó que las mujeres todavía están poco representadas en los parlamentos y en los procesos de paz, en las juntas directivas de las empresas y en otros puestos relevantes. Algo que, sin duda, deberíamos cambiar.