Durante este siglo el rol del padre en la educación y cuidado de sus hijos ha cobrado protagonismo. Los cambios sociales han empujado hacia una mayor implicación del padre en la crianza de sus hijos. Y esto se manifiesta en casi todas la etapas de la relación de una pareja con hijos.
Conviene recordar ahora que se acerca el día del padre, como su papel en la familia ha cambiado en los últimos años.
Los hombres llevan años participando y disfrutando de su rol de padres: cambian pañales, bañan y dan de comer a los hijos y encuentran tiempo para llevarles o recogerles del colegio o la guardería.
Muchos de los que somos padres hacemos lo que no hicieron los nuestros. Y disfrutamos mucho con ello.
Hemos estrechado el vínculo y el apego con nuestros hijos, desde que son bebés; las relaciones han cambiado, estamos más tiempo con ellos y nos implicamos en sus deportes, aficiones y estudios.
La realidad de las familias españolas ha cambiado.
En los últimos 30 años, las madres se han ido incorporando de forma masiva al mundo laboral, lo que ha provocado un retraso en la edad del primer embarazo en España, hasta los 32,3 años.
Las familias son menos numerosas, con 1,33 hijos por madre.
Los matrimonios son ya mayoritariamente civiles (un 62,8 % en 2012) o las parejas tienen hijos sin estar unidas legalmente.
El espacio que antes ocupaba la madre casi de forma exclusiva en el cuidado y la educación de los hijos se comparte cada vez más con el padre, que asume nuevas responsabilidades.
Interesante también es conocer la implicación del padre tras la ruptura matrimonial y hasta dónde llega el compromiso cuando se produce esta crisis.
Aunque en la separación de las parejas, la custodia compartida de los hijos o la custodia exclusiva para el padre todavía es minoritaria, existe una importante tendencia al alza.
Mientras en 2012 se otorgó la custodia compartida a un 14,6 % de las parejas divorciadas y solo al padre en un 5,2 %; en 2015 la tasa de separaciones con custodia compartida pasó a ser el 24,7 % y la de solo el padre se mantuvo en el 5,1 %.
En un tercio de las separaciones el padre obtiene la custodia compartida con su expareja de los hijos o incluso la custodia completa.
No hay más que mirar alrededor nuestro para confirmar esta evolución.
No ocurre lo mismo con la compartición entre la madre y el padre de la baja por maternidad, siendo todavía su disfrute casi exclusividad de la madre.
Según datos de la Seguridad Social española en el año 2016 solo un 1,87 % de los padres obtuvieron algún periodo de la tasa transferible de la baja por maternidad.
¿Generosidad paternal? ¿Miedo al qué dirán en el trabajo? O más bien enfrentamiento a la realidad de que en los primeros meses del recién nacido es la madre la que suele estar directamente al cuidado del hijo.