EmbarazoPérdida del bebé al final del embarazo

Pérdida del bebé al final del embarazo

La pérdida de un hijo en el momento de nacer es un hecho traumático y doloroso para los padres. La autopsia y el análisis de la placenta pueden ayudar a aclarar las posibles causas de la muerte, aunque desgraciadamente ello no siempre sea posible. La ayuda psicológica puede resultar clave para afrontar la situación.

Rara vez se produce la muerte del feto poco antes del parto. Si no hay señales de vida y la dilatación ha comenzado ya o está próxima, los médicos suelen optar por que la mujer tenga un parto normal. A veces se recurre a la inducción, aunque todo depende del estado físico y mental en el que se encuentre la madre tras conocer la mala noticia.

Puede ocurrir que la muerte del feto ocurra en el momento mismo del parto o, incluso, que el bebé muera nada más nacer.

La pregunta que se hacen todos los padres cuando se enfrentan a la pérdida del bebé es ¿Por qué? ¿Cómo es posible que no haya habido complicaciones en el embarazo y al final, en el momento del parto, el bebé nazca muerto? Muchas veces ni los propios médicos saben dar respuesta a estas preguntas.

Por eso, cuando esto ocurre lo que se hace es estudiar el historial del embarazo y hacer un análisis exhaustivo del feto o del bebé muerto. Es importante determinar si el fallecimiento del bebé se produjo estando en el útero o si la muerte sobrevino en el momento de nacer. Un examen completo del estado de la placenta puede también aclarar las posibles causas de la muerte.

Sin duda la pérdida de un hijo es una situación traumática y dolorosa para los padres, que tendrán que pasar por un proceso de duelo hasta superar ese dolor.

Los resultados de la autopsia, si los padres autorizan su realización, pueden servir para entender los motivos del fallecimiento. También puede ser de gran utilidad el apoyo psicológico de profesionales.

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