Los niños acceden a las redes sociales y al uso de internet a una edad cada vez más temprana, y éstas empiezan a dominar sus relaciones sociales. Los niños de entre 8 y 16 años están expuestos a multitud de peligros y riesgos en la red.
Esto provoca una creciente inquietud entre los padres.
Por esta razón, debemos estar informados y enseñar a nuestros hijos cómo usar adecuadamente estos medios.
En un espacio muy corto de tiempo los niños han pasado por multitud de redes sociales desde Tuenti y Facebook hasta Instagram y Snapchat que son las que utilizan ahora con más asiduidad.
WhatsApp se ha convertido en la estrella entre los niños.
Aunque es una magnífica herramienta para relacionarse y quedar entre compañeros, también puede ser un arma que humille y destroce la moral de los que son diferentes o débiles o simplemente porque sí.
Para evitar el uso abusivo de las redes e internet es importante conocer los riesgos y patologías que pueden surgir y usarlas con responsabilidad.
En este tema los padres tenemos mucho que aprender e informarnos.
Aunque somos más noveles en el uso de estos medios que los menores, debemos tutelar su uso e identificar los peligros.
Pero ¿cuáles son los riesgos a los que se pueden enfrentar los niños por un uso inapropiado de internet?:
Adicción a las pantallas: la nomofobia
Antes de los móviles ya existía adicción entre algunos adolescentes hacia los videojuegos, las consolas y los cibercafés.
Con la aparición de los smartphones y la capacidad de acceder inmediatamente a los perfiles de las redes sociales, descargarse el último juego, el número de horas que pasan los niños enganchados a una pantalla se ha elevado sustancialmente, se habla de una media de uso de 6 horas lectivas al día.
La manera de socializar y relacionarse para algunos se circunscribe a la pantalla del móvil dónde es más fácil compartir intimidades.
La desinhibición es una característica de este medio y ayuda al tímido a volverse más extrovertido.
Algunos estudios sugieren que la utilización de las pantallas y la inmediatez de las respuestas que encuentran en los móviles son estimuladores de la dopamina, la sustancia del placer que se activa también con el sexo o las drogas, obviamente a menor escala, produciendo ansiedad cuando no se estimula.
Y existe ya una patología que describe la imposibilidad de estar sin el móvil encima, la nomofobia.
El uso continuado de las tecnologías por parte de los niños y adolescentes puede provocar desórdenes de conducta que lleven a la pérdida de autoestima o a comportamientos antisociales como apunta el Dr. Larry Rosen de California State University.
Acceso a contenidos inapropiados que ponen en riesgo la salud de los menores
Existe el riesgo de acceder a grupos que impulsan comportamientos que ponen en riesgo la salud de los jóvenes.
Los desórdenes alimenticios como la bulimia o la anorexia son el ejemplo más visible.
En ocasiones se accede a estos grupos con facilidad pero los propios miembros del grupo impiden que la victima salga de ellos.
Recientemente ha tenido una enorme repercusión el juego La Ballena Azul que incita a los niños a cometer suicidio tras pasar por una serie de retos dirigidos por adultos.
El acceso a material pornográfico
Los pequeños pueden acceder desde cualquier pantalla conectada a internet a contenido para adultos de modo rápido.
Las restricciones que existen son a veces dificiles de implantar.
El consumo de este material puede provocar disfunciones en las relaciones sexuales entre algunos adolescentes.
Ciberbullying: acoso psicológico entre iguales
La utilización de las redes para la difamación y la intimidación de las víctimas es una práctica que desgraciadamente se puede dar entre colectivos de niños y jóvenes.
Esta práctica provoca pérdida de autoestima y de la intimidad; fobias y angustias escolares; abuso psicológico entre menores.
El ciberbullying se manifiesta:
- Con la difusión de imágenes reales o montajes comprometidos de la víctima.
- Dando de alta a la víctima en redes donde sea objetivo para provocar escarnio y burla, suplantando su personalidad y pretendiendo que se le rechace de los grupos de amistades.
- Escribiendo mensajes ofensivos en foros, redes donde se destaquen comportamientos o actuaciones de la víctima y se compartan foto o vídeos.
- Enviando mensajes amenazantes y que mediante coacciones obliguen a la víctima a realizar acciones degradantes, persiguiéndola desde distintas redes provocando la angustia y el rechazo por parte de los miembros de los distintos grupos de menores de su entorno social.
Existen portales en internet como http://www.ciberbullying.net/ y http://www.ciberacoso.net/ donde actualizan la información y los consejos sobre esta práctica.
Internet grooming: acoso y abuso sexual contra menores
Esta es una práctica de acoso sexual practicada por adultos que mediante engaño o coacción obtienen fotos, vídeos o favores sexuales de un menor.
En esta práctica el uso de las cámaras de los móviles o las webcams son las herramientas utilizadas contra la víctima.
El abusador consigue ganarse la confianza del menor y logra de él imágenes de contenido sexual.
Esta práctica puede llegar a la extorsión y a la dominación de la voluntad de la víctima al amenazar con la difusión de las imágenes en redes sociales e internet.
Sexting: una práctica que pone en riesgo tu imagen
Explicar a los niños lo fácil que es convertir en viral un contenido digital y lo difícil que es eliminar los contenidos digitales es una obligación de padres y educadores.
Similar a la anterior, la difusión de autopornografía o sexting se produce cuando un acosador amenaza con difundir o difunde imágenes de contenido sexual que ha obtenido previamente con el consentimiento de la víctima.
Suele haber habido antes una relación de confianza entre acosador y víctima en la que por diversión se han grabado imágenes que luego se utilizan con intenciones delictivas.
Ludopatía entre menores a través de juegos online
Esta patología ha crecido también entre los menores de edad debido a la atracción al riesgo que pueden tener.
El trastorno en la conducta de los ludópatas online, la facilidad con que pueden acceder a una oferta de plataformas de juego casi infinita provoca entre los jóvenes que la padecen una dificultad añadida de curarse.
Las características de un ludópata son:
- Engaño al entorno de familiares y amigos
- Entrada en una espiral en la que se juega para recuperar lo perdido
- El juego es una válvula de escape para no enfrentarse a otros problemas reales
- Irritabilidad y agresividad cuando no se juega
- Aislamiento social y fracaso escolar
Existen asociaciones como Fejar que ofrecen ayuda para estos casos.