La lactancia materna en bebés prematuros tiene algunas particularidades debidas a las características propias de estos recién nacidos. A veces se presentan dificultades en la instauración de la lactancia con estos bebés. Por ello, es importante que la madre pida ayuda en la maternidad o en atención primaria si esto ocurre y quiere dar el pecho a su bebé prematuro.
La lactancia materna proporciona una nutrición adecuada para los bebés prematuros y favorece el vínculo afectivo entre la madre y el hijo.
Los recién nacidos prematuros de entre 34 a 37 semanas de gestación (casi a término) suelen tener tendencia a padecer hipotermia y presentar dificultades para ser amamantados por varios motivos:
- no reclaman el pecho
- permanecen dormidos durante más tiempo
- succionan con menos fuerza
- se cansan en las tomas
Sin embargo, las ventajas de la lactancia materna son más evidentes en estos bebés, sobre todo en lo relacionado con la protección frente a infecciones y alergias y con los beneficios sobre el desarrollo neurosensorial.
Puesto que muchos de estos bebés permanecen dormidos la mayor parte del tiempo, su demanda de leche se reduce y, en consecuencia, también la producción y la ingesta de la misma.
Frecuentemente presentan dificultades para agarrarse al pecho, abren poco la boca, succionan con poca fuerza o les cuesta coordinar la succión con la deglución.
Es muy común que la madre trate de resolver estos problemas utilizando una pezonera. Sin embargo, en estos casos la pezonera no resuelve los problemas de baja demanda y agarre.
Por todo esto, el amamantamiento de los niños prematuros casi a término es complicado.
Si la madre no recibe asesoramiento y ayuda en la maternidad, puede encontrarse con problemas tras el alta que supongan el reingreso del bebé en el hospital.
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¿Cómo facilitar la instauración de la lactancia materna en bebés prematuros?
- En primer lugar, es esencial fomentar el contacto piel con piel entre la madre y el niño para reducir la tendencia a la hipotermia y fomentar la lactancia materna, puesto que facilita la demanda del pecho y estimula la producción de leche.
- Los especialistas han de evaluar detenidamente cómo se está alimentando el bebé para poder identificar cuáles son los problemas. Por ello, la madre debe estar muy atenta de cómo mama su hijo (frecuencia, duración de las tomas, si siente molestias en el pecho cuando el niño mama y cómo protuye el pezón). Es esencial que se observen al menos 2 tomas al día mientras esté en la maternidad.
- También se recomienda pesar al bebé a diario y tomarle la temperatura cada 3 horas hasta estar seguros de que controla su temperatura.
- Es recomendable ofrecerle el pecho cada 3 horas. Si no mama, la madre puede sacarse leche con el sacaleches (después de la toma) para evitar el descenso de producción de leche.
- Si la pérdida de peso del bebé es más de un 3% de su peso al día, es recomendable que la madre se extraiga leche después de cada toma para administrársela al bebé. Nunca debe utilizarse una tetina, sino que debe usarse un vasito o cucharilla.
- Si la leche materna extraída no es suficiente, puede ser necesario suplementar con un sucedáneo.
En cualquier caso, los problemas de lactancia deben controlarse en la maternidad y pueden ser motivo suficiente para aplazar el alta, controlarlos en atención primaria o visitarlos en su domicilio.