Muchas veces no sabemos cómo mantener a los niños entretenidos en sus vacaciones de verano. Más aún durante la parte de las vacaciones en las que los padres estamos trabajando. Los campamentos urbanos son una buena solución. Los niños están atendidos y realizando actividades interesantes mientras los padres trabajamos. Están con otros niños, aprenden y se divierten.
Algunas de las ventajas de los campamentos urbanos son la compatibilidad de horarios con el de los padres trabajadores, el estímulo del niño que sigue aprendiendo fuera de la rutina del curso escolar, el contacto social con los amigos y la posibilidad de hacer nuevas amistades. La gran desventaja son los madrugones, que obligan a mantener la disciplina de acostarse temprano.
Los campamentos urbanos son escuelas de verano o actividades organizadas que ofrecen distintos centros públicos o privados.
Suelen tener un horario similar al escolar aunque pueden terminar antes o incluso después. Algunos colegios públicos los ofrecen con la ventaja de que utilizan las mismas instalaciones que durante el curso, por ejemplo los comedores.
Las plazas públicas están muy solicitadas por lo que conviene reservar con antelación. A veces, es muy complicado conseguirlas.
Las actividades que se realizan en estos campamentos son muy variadas, desde deportivas (en polideportivos y clubes privados), lúdicas (juegos), artísticas, musicales (escuelas de música), culinarias, idiomas (hay campamentos bilingües), educativas relacionadas con la ciencia, etc. Otra posibilidad son los campamentos que organizan algunos zoológicos o centros de naturaleza.
La información de las actividades públicas se puede obtener en las Comunidades Autónomas, ayuntamientos, centros culturales, colegios públicos, polideportivos municipales y otros organismos o entidades dependientes del Estado, como museos y centros de investigación, que a veces tienen propuestas interesantes. Algunas fundaciones y ONGS ofrecen también campamentos para familias sin recursos.