En España, 800.000 menores sufren las consecuencias de la violencia de género. En 2010, 13 niños fueron asesinados y 40 se quedaron sin madre y padre. En 2015, se registraron 42 niños huérfanos. La violencia doméstica es un grave problema que tiene consecuencias irreversibles en desarrollo evolutivo de los niños, incluso si esta forma de violencia se produce en el embarazo.
La violencia doméstica es una forma de violencia que ejerce el hombre sobre la mujer. Este tipo de violencia no siempre se materializa con una bofetada, es decir una agresión física. También se da cuando el hombre manipula a la mujer o la obliga a tener relaciones sexuales.
Antes de nacer, los hijos ya sufren las consecuencias de este tipo de violencia.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Desarrollo evolutivo y las consecuencias de la violencia de género en niños
Embarazo
Las embarazadas víctimas de la violencia de género sufren altos niveles de estrés, que afectan a los niveles hormonales de cortisol e inciden en el bajo crecimiento fetal.
También, diferentes estudios señalan que la participación en las clases preparto de las embarazadas víctimas de violencia de género es mucho menor. Y tienen más probabilidades de sufrir:
- Abortos espontáneos
- Partos prematuros
- Bebés con bajo peso al nacer
Bebés de 0 a 2 años
En este periodo, los bebés necesitan una serie de cuidados físicos (relacionados con la higiene y la alimentación) y emocionales (relacionados con el contacto físico, las caricias y la comunicación madre-bebé).
Este tipo de cuidados ayudan a configurar lo que se conoce como el apego, un vínculo fundamental que facilita la crianza. Algunas de las secuelas de la violencia doméstica en los bebés de esta etapa son:
- Dificultad para establecer el vínculo del apego
- Sensación de abandono emocional
- Falta de confianza en los otros
Niños de 2 a 6 años
Esta etapa se caracteriza por el desarrollo de la autonomía a través del lenguaje y del movimiento. Los niños realizan la mayoría de las actividades sin ayuda, al menos lo intentan. También es la etapa de la fantasía, del juego simbólico y del pensamiento mágico. Y la del «yo» y del «mío». El niño tiene dificultades para ponerse en el lugar del otro.
En esta etapa algunas de las secuelas de la violencia doméstica en el niño son:
- Dificultades para diferenciar realidad y fantasía
- El niño muestra excesiva dependencia de la madre.
- Experimenta fuertes sentimientos de culpa.
- Sufre ansiedad, intensos miedos nocturnos y fobia.
- Dificultades para asumir límites.
Niños de 6 a 8 años
Esta etapa se caracteriza por la necesidad de compartir tiempo con la familia. Disfruta ayudando y en terreno social siente la necesidad de integrarse con sus iguales. Aprende las normas y el funcionamiento social.
En esta etapa algunas de las secuelas de la violencia doméstica en el niño son:
- No entiende lo que ocurre
- Síntomas de ansiedad y depresión.
- Comienza a desafiar las normas y límites.
- Posibilidad de crear alianzas con alguno de los progenitores: culpabilización del otro, rabia, ira…
Niños de 8 a 12 años
Esta etapa los niños experimentan una mayor sensación de independencia. Tratan de diferenciarse del núcleo familiar y comienzan a darse cambios en el carácter.
En esta etapa algunas de las secuelas de la violencia doméstica en el niño son:
- Sentimientos de frustración y abandono.
- Desarrollo de conductas violentas.
- Asume roles de cuidador en lugar de ser cuidado.
- Sensación de bloqueo, desbordamiento, cambios de humor.
- Actitudes críticas con las figuras de autoridad.
Teléfono de ayudaFundación ANAR: 900 20 20 10 |