Bebés y niños son los viajeros más vulnerables si se produce un accidente de tráfico. A los pades o cuidadores corresponde proteger al bebé o el niño en el automóvil de manera satisfactoria, para que no corra más riesgo que cualquier otro viajero si se produce un accidente. En este artículo encontrarás las 4 reglas de oro para garantizar la seguridad de los niños en el coche.
Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte en casi todas las edades, incluida la infancia. Los accidentes relacionados con el tráfico suponen la primera causa de lesiones en los niños. Los padres son los principales responsables de la seguridad de sus hijos en el automóvil. Existen 4 reglas de oro para garantizar la seguridad de los niños en los coches:
- Un bebé pequeño jamás debe viajar en brazos de un adulto. Ni en el asiento delantero ni en el trasero. Ante un frenazo inesperado, el bebé saltará por los aires o será aplastado entre el cuerpo del adulto que lo lleva y el tablero de instrumentos. Un frenazo a 20 Km./h propulsa a un bebé a esa misma velocidad contra el parabrisas.
- Siempre se deben utilizar sistemas de sujeción adecuados al tamaño del niño. Si son demasiado pequeños o grandes, no solo dejan de cumplir su misión, sino que se vuelven peligrosos y pueden causar lesiones graves.
- Siempre se debe utilizar el cinturón de seguridad. De nada sirve una silla portabebés homologada si no se inmoviliza al niño con el cinturón o arnés del dispositivo.
- Los niños no deben ir en el asiento delantero si el vehículo dispone de air-bag para el pasajero. El air-bag situado a la derecha del conductor es muy peligroso para los niños de cualquier edad aunque vayan sujetos con un sistema adecuado. Los air-bags están diseñados para proteger cuerpos más grandes y pesados, pero pueden aplastar y asfixiar a niños y personas de menos de 50 Kilos.