El puerperio es la etapa que sucede al parto. En esta etapa, la conexión emocional entre el bebé y su madre es tan intensa, que el espacio emocional del bebé y el de la madre se solapan. Este fenómeno afectivo promueve el establecimiento del apego y garantiza el cuidado y atención que el bebé necesita.
Tras el nacimiento del bebé, la madre se encuentra en una etapa de su vida en la que la conexión emocional con su hijo es tan fuerte, que podría decirse que ambos se encuentran en un estado de «fusión emocional».
La madre se orienta a la protección y el cuidado de su bebé y, a su vez, el bebé se orienta a la búsqueda de protección y cuidado por parte de su madre. Así, comienza la construcción del vínculo afectivo entre ambos.
La necesidad de contacto entre ambos es casi permanente. El bebé necesita sentirse seguro y protegido, y es en los brazos de su madre donde encuentra esa seguridad y protección.
A su vez, la lactancia materna, ofrecida a demanda, garantiza ese contacto físico casi permanente que el bebé necesita, aportándole no sólo alimento, sino también seguridad, afecto y mucho bienestar emocional.
Asimismo, las hormonas que activa la lactancia materna (oxitocina y prolactina) orientan a la madre a una sensación de «enamoramiento» de su bebé, que la impulsa a su atención y cuidado permanente.
Si el ambiente lo permite y la madre se permite seguir sus impulsos innatos, podrá establecer el vínculo afectivo con su bebé de manera natural y equilibrada.
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Los momentos difíciles del puerperio
Evidentemente, el puerperio es una etapa de cambio y transformación, tanto para la madre como para el bebé.
Especialmente durante las primeras semanas de vida del bebé suelen producirse situaciones de gran intensidad emocional para la madre y el hijo.
La vivencia de estas emociones intensas puede provocar sensaciones de desajuste en la madre, de desorientación. En esta etapa pueden aflorar sentimientos contradictorios, sensaciones que no se sabe cómo gestionar, incluso sentimientos de miedo y angustia.
En estos momentos, el apoyo emocional por parte de la pareja y las personas más cercanas a la madre es esencial. La actitud empática, comprensiva y de acompañamiento es fundamental para sostener emocionalmente a la madre.
También es esencial adoptar esta actitud empática y comprensiva con el bebé. El respeto a la intimidad y tranquilidad de la madre y el bebé es muy importante en este acompañamiento emocional.