Existen diversos tipos de materiales que podemos ofrecer a los niños para pintar. Es importante que los materiales que se ofrezcan sean adecuados a la edad del niño. La variedad de estos materiales fomenta el gusto y el interés de los niños por las actividades manuales. Además, el uso de materiales distintos permite al niño realizar sus dibujos con mayor creatividad.
Antes de iniciar un trabajo plástico, necesitamos elegir la base y los materiales con los que queremos trabajar.
Muchos creemos que para dibujar no hace falta nada más que un papel y una base horizontal. Nada más lejos de la realidad, cuantas más posibilidades ofrezcamos a nuestro hijo, más rico será su trabajo. Aunque el espacio más utilizado sea el horizontal (sobre una mesa o en el suelo), no hay que rechazar el espacio vertical. Para ello podemos optar a una gran variedad de materiales, como pueden ser las pizarras, los cristales o las pinturas especiales para paredes.
En cuanto al material con el que vamos a realizar el trabajo, no deberíamos limitarnos al papel normal y corriente. Utilizar papeles de distintas texturas, tamaños y formas hará que el niño experimente con sus manos, pero también podemos utilizar corcho, tela, cintas, lana, cuerdas,… También es un buen ejercicio utilizar materiales reciclados como CDs, hueveras, tubos de cartón y demás materiales con los que el niño comprenderá que de lo que creía que era basura, puede sacar verdaderas obras de arte.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Distintos materiales para niños, distintas maneras de trabajar
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Papel, el material de los mil usos
El papel, además de ser una base para el trabajo, también es un material que se puede manipular cómo y con lo que queramos. Además es un material barato y muy fácil de adquirir. El papel se puede utilizar para que los niños aprendan a valerse por sí mismos, con sus manos. Por eso, en muchas guarderías, movimientos tan sencillos como arrugar, desgarrar, doblar y enroscar el papel se utilizan para muchas manualidades. Son técnicas que los niños son capaces de hacer desde el primer año de edad, y les resulta muy gratificante el tacto y, sobre todo, el ruido.
Cuando ya son mayores, podemos empezar a introducir nuevos accesorios con los que trabajar el papel, como son el pegamento (también podemos hacer un pegamento casero a base de agua y harina), las tijeras y los punzones. Poder utilizar herramientas que los niños consideran «de mayores» les produce una gran excitación, aunque sean tijeras especiales para niños, de las que apenas cortan el papel.
Los padres podemos pasar una buena tarde con nuestro hijo trabajando con el papel. Dibujad algún objeto o animal en una cartulina y después rellenad ese dibujo utilizando papeles diferentes y las técnicas mencionadas.
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Pinturas, diferentes formas de utilizar los colores
El dibujo y pintura son las actividades plásticas más comunes. Ayuda a expresar sentimientos, desarrollar la imaginación y comunicarse con los adultos. Además la pintura surge de forma natural: es suficiente que el bebé tenga acceso a algún material que pinte, para que se ponga a dibujar y desarrollar su habilidad sin que nadie le enseñe. Y de la misma forma que el papel, no debemos limitarnos a las pinturas normales y corrientes.
Alrededor del año, podemos ofrecer a nuestro hijo pinturas para manos. Al principio el niño se sorprende e incluso es muy probable que muestre rechazo, y llore porque se ha manchado, pero al acostumbrarse, dibujar con sus propias manos e incluso pies, le apasiona.
Con tres años ya podemos ofrecerle acuarelas y pinturas que se utilicen con un pincel. Disolver y mezclar los colores hará que su curiosidad aumente. También podemos enseñarle la técnica de estampación: colocando algún objeto debajo del papel y pasando una pintura por encima para que la forma se quede grabada, o utilizando patatas y corchos como sellos. Todo es cuestión de imaginación. Con cualquier objeto de casa podemos crear nuevas técnicas de dibujo.
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Modelaje, figuras en 3D
Otra cosa que apasiona a nuestros pequeños es dar forma a los objetos. Mediante el modelaje, el niño comprende mejor conceptos como el volumen, el tamaño, las formas y los diseños en tres dimensiones. El modelaje es reversible, es decir, se puede hacer y deshacer tantas veces como queramos hasta conseguir la forma que queramos y podamos pintar y añadir detalles.
Las primeras veces el niño no sabrá qué hacer, por lo que debemos explicarle con ejemplos cómo ha de utilizarse este nuevo material tan extraño. Al principio, hasta los 30 meses aproximadamente, lo más recomendable es hacer pequeños trabajos con plastilina, utilizando tan sólo los dedos y moldes. A medida que se hagan mayores, serán capaces de utilizar pasta de papel, barro y escayola, pero siempre, con mucha precaución y sabiendo que el material utilizado no es tóxico, o que si el niño tiene asma, no cree polvo.