El mayor logro relacionado con el desarrollo del lenguaje en niños de 2-3 años es su capacidad de comprensión. Consulta todos los avances que experimenta tu hijo en este campo. ¡Te sorprenderá!
El desarrollo del lenguaje de los niños de 2 a 3 años se caracteriza por su gran capacidad de comprensión. Los niños comprenden la mayoría de lo que se les dice, aunque todavía no saben pronunciar correctamente todas las palabras que conocen.
Al principio, con 2 años, los niños dominan alrededor de 100-200 palabras, que utilizan sueltas o en frases cortas. Este repertorio se multiplica sorprendentemente por diez un año después, alcanzando las 1000-1500 palabras.
De esta forma, entre los 2-3 años, se inicia la fase conocida como «explosión del vocabulario», que durará hasta los 6 años.
Algunos niños son más habladores que otros. Pero lo más importante en esta etapa es que el niño comprenda lo que se le dice, que nos entienda, no tanto que utilice un mayor o un menor número de palabras o que sea más callado que el resto.
No obstante, los padres podemos ayudar a los niños a ampliar su vocabulario leyéndoles cuentos, cantando juntos canciones o charlando sobre lo que vemos.
En caso de que detectes algún problema en la capacidad de comprensión de tu hijo, consúltalo con el pediatra y/o especialista.
El niño de 2-3 años utiliza frases más complejas
Los niños de 2 a 3 años utilizan poco a poco frases cada vez más complejas, compuestas por sujeto, verbo y predicado «yo tengo hambre».
Aunque a esta edad, el niño todavía omite los artículos, las preposiciones o las conjunciones. A partir de los 3 años empezará a incorporarlas a su vocabulario.
Su dicción todavía es imperfecta, pero será lo bastante clara como para que un adulto que no sea de la familia entienda al menos la mitad de lo que dice.
También, entre los 2-3 años, los niños empiezan a utilizar los pronombres personales, aunque a veces confundan la persona y digan refiriéndose a sí mismos “esto no te gusta”.
El niño de 2 a 3 años aprende las reglas gramaticales después de escucharlas y repetirlas una y otra vez. Puede ocurrir que al principio emplee mal determinadas estructuras gramaticales.
Esto se produce porque nunca ha escuchado sus excepciones. Por ejemplo, es frecuente escucharle conjugar mal algunos verbos, como el participio pasado del verbo volver: “volvido” en lugar de “vuelto”. Esto ocurre porque por regla general el participio se forma en “ado” o “ido”. Pero ocurre que hay excepciones, como el ejemplo anterior.
En el campo del lenguaje el niño de 2 a 3 años avanza más y más. No sólo consigue construir frases simples (y poco a poco conocer las excepciones), también es capaz de manifestar sus deseos («¡Mamá quiero agua!«, «¡Tengo frío!«), expresar su opinión («Los guisantes no me gustan«) y sus ideas, sobre todo cuando juega solo.
De hecho, una de sus palabras favoritas empieza a ser “mío”, que repite constantemente. Los niños de 2 a 3 años también demuestran un gran interés por etiquetar a personas y objetos, al tiempo que tratan de satisfacer su curiosidad innata empezando a preguntar constantemente ¿Por qué? o ¿Qué es eso?
El niño buscará respuestas en su círculo más íntimo. Es aconsejable que los padres respondan a sus preguntas con más información que un simple «porque sí» o monosílabos como «sí» o «no«.
Si los padres contestan con frases más largas, estarán ayudando a los niños a adquirir vocabulario nuevo y comprender el mundo un poco mejor.