Popularmente se cree que los embarazos en mujeres mayores de 35 años son embarazos de alto riesgo. Sin embargo, hoy en día, estos embarazos son muy frecuentes y la experiencia demuestra que pueden desarrollarse con normalidad. No obstante, es un hecho que presentan mayor riesgo para algunas complicaciones pero, actualmente, éstas pueden controlarse.
Actualmente, la edad media del primer embarazo de una mujer es cada vez mayor. Debido a las circunstancias socio-laborales de hoy día, las parejas esperan para buscar su primer hijo.
Las mujeres tratan de construirse una carrera profesional antes de tener hijos, poseer cierta estabilidad económica, viajar, convivir en pareja a solas… Todo ello les conduce a quedarse embarazadas por primera vez más tarde que las mujeres de generaciones anteriores.
Así, la realidad es que, en España, aproximadamente, el 30% de las mujeres tienen su primer hijo a partir de los 30 y, el 9,5%, a partir de los 35. Por ello, el embarazo de una mujer de 35 años o más puede considerarse algo habitual, puesto que si el primer embarazo sucede a partir de los 30, es muy posible que el segundo se produzca pasados los 35.
Hoy día, en España, la media de edad a la que las mujeres tienen su primer hijo es a los 32 años. Esto supone que el nacimiento del primer hijo se produce entre 5 y 7 años más tarde que en las mujeres de hace dos décadas.
Sin embargo, la Sociedad Española de Fertilidad ha indicado que después de los 35 años, las dificultades para concebir se duplican. Esto es así por el hecho de que los ovarios envejecen más deprisa que el resto de los órganos.
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Embarazo a partir de los 35 ¿un embarazo de riesgo?
Popularmente se considera el embarazo en mujeres mayores de 35 años como de riesgo. Sin embargo, en la actualidad se está abandonando esta idea porque la mayoría de estos embarazos se desarrollan con normalidad.
No obstante, es cierto que pueden presentar con mayor frecuencia algunas complicaciones.
En cuanto a las complicaciones médicas asociadas a embarazos en mujeres mayores de 35 años, puede aumentar la incidencia de aborto espontáneo. También hay mayor riesgo de padecer hipertensión, diabetes gestacional y obesidad.
El retraso de la maternidad también puede aumentar el riesgo de enfermedades genéticas en el feto, así como de embarazos ectópicos.
En cuanto al parto, éste puede desarrollarse con total normalidad aunque se presentan, con más frecuencia, problemas de dilatación y presentaciones del feto de nalgas o en transversal, lo cual hace que la tasa de cesáreas en mujeres mayores de 35 años aumente.
Aun así, los embarazos sin complicaciones son posibles en mujeres de más de 35 años. La maternidad más allá de los 35 puede ser una experiencia muy satisfactoria.