La amenaza de parto pretérmino o prematuro se puede producir entre las semanas 21 y 37 de la gestación.
Cuando el parto se produce antes de la semana 21 del embarazo, se habla de aborto, y si el embarazo se alarga más allá de la semana 42, se dice que es un parto tardío o una gestación cronológicamente prolongada.
La mayoría de los embarazos tiene una duración de entre 37 y 42 semanas que es lo que se conoce como embarazo a término. Consulta son las señales de parto.
Si se llega a iniciar el parto entre las semanas 21 y 37, será un bebé prematuro y correrá un mayor riesgo de sufrir complicaciones.
El bebé puede tener problemas respiratorios porque sus pulmones no están suficientemente maduros, está más expuesto a las infecciones y puede tener problemas de alimentación.
La incidencia de este problema en España es de cerca del 8%.
No se conocen bien las causas que pueden desencadenar un parto prematuro, aunque existe una serie de factores de riesgo.
Factores de riesgo del parto prematuro
Los factores de riesgo de parto prematuro más comunes son:
- el embarazo múltiple
- determinados defectos en el útero, como miomas o cuello de útero incompetente
- la cirugía abdominal
- la hipertensión
- las infecciones
- la rotura prematura de la bolsa
- la placenta previa
- una enfermedad crónica de la madre
En el caso de que el médico identifique alguno de estos factores de riesgo, seguirá un control más estrecho de la embarazada y, en el caso de que se presente alguna señal del inicio del parto, tratará de evitar que éste se produzca, lo que no siempre es posible.
La amenaza de parto pretérmino también se da en mujeres sanas con embarazos aparentemente normales y sin antecedentes de parto prematuro.
Señales de parto prematuro
Si se presenta alguno de los siguientes signos, se debe avisar al ginecólogo de inmediato, ya que podría tratarse de una amenaza de parto prematuro:
- Pérdida de fluido por la vagina (fluido acuoso, sanguinolento o mucoso)
- Contracciones uterinas regulares
- Calambres abdominales con o sin diarrea
- Dolor en la parte baja de la espalda
- Presión abdominal en la pelvis
Ante una de estas señales, el ginecólogo comprobará si se han producido cambios en el cuello del útero como el borramiento o la dilatación y realizará una ecografía para observar el feto.
También se hace un registro del latido cardíaco del feto y de las contracciones uterinas de la madre.
En la actualidad existen unos tests rápidos que se pueden realizar en la propia consulta de el ginecólogo, basados en la detección de ciertas sustancias fetales como la fibronectina fetal que informan sobre la severidad de las contracciones.
Si no se ha producido una rotura de la bolsa, aún existen posibilidades de detener el parto. Algunas de las medidas que el médico prescribe incluyen el reposo en cama, a veces incluso con hospitalización y, ocasionalmente, con fármacos para detener las contracciones.
Las relaciones sexuales están contraindicadas cuando surge esta complicación.