Los embutidos son alimentos variados. Por ello, no se introducen todos a la vez en la dieta del bebé. Se comienza dándole los que se mastican más fácilmente, como el jamón cocido. Además, deben elegirse los que menos grasa tengan para ofrecerle al bebé. Algunos tipos de embutido, como el jamón serrano, son difíciles de masticar y tragar, por lo que no debemos dárselo hasta cumplido el año de edad por lo menos.
Son derivados de carne y vísceras. Es un grupo muy heterogéneo en cuanto a su composición. Así:
- El jamón tiene hasta un 40% de proteínas.
- Otros productos tienen sólo el 20% de proteínas y mayor proporción (entre 20 y 50%) de grasas saturadas.
- Algunos incluyen en su fabricación: harinas, especias, aromas, colorantes,…
- Todos contienen bastante cantidad de sal.
En general, los embutidos son una buena fuente de hierro pero, debido a los demás excesos (sal, grasa, colesterol), deben tomarse en cantidades moderadas.
Los más adecuados para los niños son el jamón cocido y algunos productos de pavo, de bajo contenido graso.