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El alta y la llegada a casa del bebé prematuro, un reto para toda la familia

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El nacimiento prematuro de un bebé es un hecho angustioso para los padres. El periodo que el bebé tiene que permanecer ingresado en el hospital puede llegar a ser agotador y causarles, además, una gran tensión. Gestionar esa carga emocional no siempre es fácil, especialmente si se tienen más hijos u otras responsabilidades irrenunciables. Lee nuestro artículo sobre cómo afrontar el reto que supone el cuidado del bebé prematuro.

La familia en pleno vive la llegada de un bebé prematuro.

Los padres pasan semanas y meses de angustia mientras el bebé permanece hospitalizado.

Cuando ya está en casa, el funcionamiento de la familia debe reajustarse.

Durante todo este proceso las relaciones familiares se ven afectadas por multiples tensiones.

En este artículo sobre el prematuro y la adaptación de la familia:

La pareja ante el nacimiento prematuro del bebé

Nadie está preparado para tener un bebé prematuro. Es normal que los padres sientan sentimientos confusos y encontrados, la mayoría de tipo negativo tales como:

  • Frustración, pena, rabia por haber perdido a su “bebé ideal”, por no haber podido crear un bebé sano y bello.
  • Miedo, angustia por el futuro incierto del bebé, por sus enfermedades actuales y su pronóstico a largo plazo.
  • Culpabilidad (pueden sentirse responsables de que el bebé haya nacido antes de tiempo, buscan responsables en sí mismos o en otras personas o en sucesos ya pasados)
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    A todo ello se suma el cansancio por las horas que pasan en el hospital, la tensión por no comprender los términos médicos, ….

      En estas circunstancias, algunas parejas llegan a separarse. Esto es mas probable cuando el bebé evoluciona mal o si tiene alguna discapacidad.

      Los hermanos mayores del bebé prematuro

      Cuando hay otros hermanos, suelen sentirse “abandonados” por la dedicación de los padres al prematuro.

      Al principio porque pasan muchas horas en el hospital y llegan a casa tristes y cansados. A menudo son cuidados por otras personas. Luego por los cuidados necesarios del bebé y su casi inevitable sobreprotección

      De forma que suele ser habitual que los hermanos manifiesten una amplia gama de conductas algo anormales, destinadas a llamar la atención, tales como:

      ¿Cómo abordar este problema?

      • Hablando con los niños

      Aunque sean pequeños es mejor explicarles la verdad.
      De forma simple: “Tu hermano ha nacido antes de tiempo, está enfermo y le tienen que cuidar en el hospital. Tenemos que ir a verle para animarle a que se cure pronto” .

      Se les debe hacer partícipes de las buenas y de las malas noticias. Los niños perciben muy bien las señales de tristeza y miedo. Si nadie les explica qué ocurre, su miedo se acrecentará y se sentirán inseguros.

      Cuando no se encuentran las palabras basta con decir: “Hijo estoy triste y preocupado por tu hermanito, discúlpame si no tengo paciencia ni ganas de jugar contigo como antes”.

      • Dedicándoles un ratito especial
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      Puede leerle un cuento antes de dormir. Aunque los padres lleguen a casa muy cansados, pueden turnarse.  Charlar con ellos en ese momento. Contarles como evoluciona el pequeño. Si ha hecho algún progreso.

      Se puede pedir al personal del hospital que hagan una foto del bebé para que los hermanos le conozcan, vean cómo es la incubadora ….

      Una vez por semana se debe intentar dedicar unas horas a los hermanos mayores: un juego de mesa o salir de paseo, a tomar un helado, a patinar, al cine …

      • Valorando sus aspectos positivos (en lugar de centrarse en los negativos)

      Ya que están menos tiempo con los hijos, evitar riñas y sermones. Es preferible y mucho más eficaz hacerles pequeñas alabanzas por sus propios avances (en a escuela, en su autonomía, …).

      • Permitiéndose un “respiro” como pareja

      Para estar más relajados y recuperar fuerzas. Concertar una cita aunque sea para caminar de la mano, para hablar, para llorar, para consolarse o distraerse …

      La vinculación de los padres con el nuevo bebé

      Cuando nace el prematuro y debe ser separado de los padres, resulta más difícil que se produzca la vinculación normal entre padres y bebé.

      A fin de cuentas, el bebé tiene que permanecer en el hospital. Cada vez más se permite a los padres estar en contacto con el bebé prematuro mediante el método canguro, el contacto piel con piel. No obstante, algunos padres sienten tristeza por no poder coger al bebé en brazos, tocarle, abrazarle, calmarle cuando llora, jugar con él o simplemente mirarle todo el tiempo que les gustaría.

      Cuando el bebé llega finalmente a su casa, los padres tienen que aprender cómo es el bebé, como son sus reacciones y su temperamento. 

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      Los padres aún tienen miedo e inseguridad. Dudan de su propia capacidad de cuidar de un bebé tan delicado.

      Algunas madres manifiestan una conducta algo paradójica con el bebé prematuro: lo cuidan con esmero casi profesional pero no le demuestran afecto, como si tuvieran miedo de apegarse a ese bebé frágil que aún temen perder. Quizá para protegerse de ese mismo temor. O como si quisieran “ahorrarse” la pena.

      La vinculación positiva con el bebé es importante para que el niño desarrolle mejor sus capacidades. Para que se sienta y crezca seguro.

      La tendencia a la sobreprotección del bebé prematuro

      Casi se puede considerar como una reacción normal esa tendencia a proteger de forma excesiva a ese bebé que tantas dificultades atraviesa durante los 2 primeros años de vida.

      El niño prematuro, a medida que crece, debe ser tratado como cualquier otro niño de su edad. Deberá ir aprendiendo a cuidar de sí mismo, a jugar, responsabilizarse de pequeñas tareas, etc.

      Otros aspectos que aumentan la carga emocional

      • Las dificultades económicas

      Un bebé prematuro significa una carga económica (ausencia al trabajo, viajes diarios al hospital, comidas fuera de casa, revisiones médicas, rehabilitación….)

      • Quién cuida al bebé

      Algunas madres deciden dejar el trabajo o trabajar menos horas para cuidarlo, con lo que disminuyen sus ingresos. O bien deben contratar a otra persona.

      • La baja maternal

      Finaliza a veces antes de que el bebé llegue a casa. Afortunadamente, la ley española contempla la posibilidad de que en estos casos, se pueda disfrutar fraccionada, más adelante. 

      Sobre el autor

      Ana Martínez Rubio
      Licenciada en Medicina y Cirugía. Especialista en Pediatría.

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