Tras la expulsión del bebé, la madre todavía tiene que arrojar la placenta y los anexos fetales, es decir, el resto del cordón umbilical y las membranas que han envuelto al feto durante la gestación. Este proceso dura entre 5 y 30 minutos. Las contracciones son menos dolorosas que en la segunda fase del parto o expulsivo, aunque muchas mujeres se sienten destempladas y con temblores.
Las contracciones son menos dolorosas que en la expulsión del bebé. Muchas mujeres se sienten destempladas y con temblores después. Es una sensación que dura alrededor de media hora.
Una vez que el bebé ha salido del vientre de la madre, pasan entre 5 y 30 minutos hasta que son expulsados mediante contracciones la placenta y los anexos fetales, es decir, el resto del cordón umbilical y las membranas que han envuelto al feto durante la gestación. La matrona realiza un suave masaje sobre el fondo del útero para facilitar la expulsión. En ocasiones, el médico tira suavemente del cordón umbilical mientras presiona ligeramente el abdomen de la mujer para ayudar a extraer la placenta.
El ginecólogo comprueba entonces que la placenta está completa y que se han expulsado todos los tejidos. A continuación se procede a suturar la herida de la episiotomía o cualquier clase de desgarramiento que se haya producido durante el parto.