Un grupo de investigadores de la East Carolina University, encabezado por Suezanne T. Orr, realizó un estudio sobre la relación del estrés y los partos prematuros espontáneos. Los resultados de la encuesta fueron publicados el pasado mes (julio/agosto) en la revista Psychosomatic Medicine, aunque todavía están pendientes de ser corroborados.
Uno de los factores de riesgo de sufrir un parto prematuro es el estrés. Para comprobar la incidencia que tiene la ansiedad sobre el embarazo, expertos de la East Carolina University realizaron una encuesta a 1.820 embarazadas en su primera consulta médica. Los resultados obtenidos entre 1991 y 1993 señalan que los principales miedos a los que se enfrentan las embarazadas son el parto, molestias como las náuseas o el sangrado durante los tres primeros meses de la gestación.
Para realizar la encuesta, pidieron a las mujeres que valoraran aquellos puntos que les producían mayor preocupación con un valor de 0 (tranquilidad) a 6 (inquietud). Las mujeres que señalaron que sufrían más ansiedad compartían un factor común, tener problemas de salud durante el embarazo o haber padecido complicaciones en un embarazo anterior. Los autores del estudio indican que este conjunto de mujeres tiene más probabilidades de sufrir un parto prematuro espontáneo que el resto de las encuestadas, que se mostraron más serenas.
Todavía es necesario que otros estudios respalden los resultados obtenidos. Según los expertos, en caso de confirmarlos, se podrían reducir los partos prematuros espontáneos con mayor información sobre el estado y la evolución de la embarazada (otra causa de preocupación), en cada momento de gestación.