Niños 1 añoControl de esfínteres: ¿orinal o váter?

Control de esfínteres: ¿orinal o váter?

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Algunos niños prefieren el orinal y otros el váter. En realidad cualquiera de las dos opciones es válida para ayudar a los niños a dejar el pañal.

El control de esfínteres es un proceso evolutivo que está relacionado con la adquisición de la autonomía del niño y con la maduración del sistema nervioso y del sistema genitourinario.

El esfínter es el músculo encargado de retener la orina en la vejiga y las heces en el ano.

Hasta que este músculo no se controla voluntariamente, actúa de forma refleja. 

Algunos niños empiezan a controlar esfínteres alrededor de los 18 meses.

Otros controlan todo el proceso a los 3 años.

Pero puede ocurrir que algunos niños no lo hagan hasta los 5 años.

Más allá de esta fecha, si tu hijo no controla esfínteres conviene consultarlo con el especialista.

Para empezar a controlar esfínteres, el niño debe tomar conciencia de sí mismo y de sus necesidades, pero también debe ser capaz de interpretar la sensación de vejiga llena y contraerla y relajar el esfínter externo. 

El control de esfínteres es un aprendizaje complejo.

Es muy importante ir preparando al niño para este proceso y escoger un momento tranquilo, que no coincida con cambios importantes, como una mudanza, la llegada de un hermanito, un cambio de colegio,… . 

¿Orinal o váter para iniciar el control de esfíteres?

Algunos niños prefieren el váter y otros el orinal. Cualquiera de las dos opciones es válida.

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¿Cómo debe ser el orinal?

El orinal puede resultar más cómodo para los adultos, ya que pueden ver si el niño ha hecho algo o no.

Para los niños también es práctico, ya que pueden cogerlo cuando lo necesitan.

Si optamos por el orinal, conviene que sea de plástico (es más cálido y pesa poco), cómodo y estable.

También conviene que sea amplio pero que el niño no se cuele.

Los orinales deben de ser sencillos, sin muchos ornamentos, para evitar distracciones.

El orinal debe colocarse en el baño y debe ser ahí donde se utilice.

No obstante, al ser móvil, puede utilizarse donde se desee.

Cuando utilicemos el orinal, debemos estar con el niño e intentar que se concentre en lo que está haciendo.

Si después de 5 minutos el niño no ha hecho nada, lo dejamos en su sitio y volvemos a intentarlo la vez siguiente.

¿Cómo debe ser el váter?

Para proporcionar más seguridad a los niños, al váter se le puede poner un reductor.

Este accesorio es práctico, ya que impide que los niños se caigan.

También se puede añadir un banquito para que los niños puedan subirse y apoyar los pies cuando lo deseen.

Algunos niños tienen miedo al váter.

No obstante, si realizamos el proceso de aprendizaje de forma divertida y natural no tienen por qué tenersélo.

Algunos niños lloran cuando tiramos de la cadena. Explicarles por qué lo hacemos suele tranquilizarles.

Al igual que con el orinal, no debemos permanecer con el niño más de 5 minutos.

¿Y si el niño rechaza el orinal o el váter?

Muchos niños y niñas rechazan el orinal o váter.

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Para evitar esta situación, es importante que los padres mantengan una actitud relajada, sin presionar al niño.

Si el niño rechaza el orinal/váter es mejor esperar antes que obligarle a utilizarlo.

Castigarle o hacerle sentirse mal solo contribuirán a añadir un elemento de estrés que ralentizará todo el proceso de control de esfínteres.

El niño puede tomarse este aprendizaje como una exigencia. Algunos niños llegan incluso a sufrir estreñimiento.

Para vuestra tranquilidad, poco a poco, el niño pedirá ir al baño.

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