El niño de uno a dos años tiene un pensamiento egocéntrico. Todo su mundo gira en torno a sí mismo. Esto limita su forma de relacionarse con otros niños. Generalmente, los contactos sociales a esta edad se centran en tratar de buscar reacciones en los otros. Por ejemplo, un niño puede arrebatarle un juguete a otro o darle un empujón sólo para ver cómo reacciona.
Los niños desde los 12 meses hasta los 3 años no se relacionan de manera social con otros niños, ya que cada uno de ellos se considera el centro de su mundo.
Jugar de una manera social implica cooperar y compartir, algo a lo que el niño no está dispuesto, ya que dejaría de ser el protagonista.
Así, en el parque, aunque el niño se sienta a jugar al lado de otros niños, juega solo.
Por lo general, los contactos entre niños de esta edad se producen cuando uno intenta apoderarse de los juguetes de otro o cuando éste defiende los suyos.
Cuando el niño es muy posesivo con sus juguetes es aconsejable que los padres traten de convencerle de que no ocurre nada por que otro niño juegue un rato con ellos, pero siempre reafirmándole que es su juguete y que nadie se lo va a quitar.
Los niños de esta edad avanzan en su desarrollo social imitando a otros niños, especialmente si son mayores que ellos.
En algunos casos tratan a los otros niños como tratan a sus muñecos, peinándoles o dándoles de comer, aunque se enfadan si se lo intentan hacer a ellos.
En sus relaciones sociales el niño puede resultar algo brusco, tanto en sus demostraciones de rabia o enfado como en las de afecto, ya que puede acariciar a otro niño con demasiada fuerza y acabar arañándole o metiéndole el dedo en el ojo.