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Si no protegemos más a la maternidad, ¿podríamos estar en peligro de extinción?

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En Elbebe.com entrevistamos al Dr. José María Paricio, un referente en el mundo de la pediatría, partidario de los métodos y estilos de vida respetuosos con la madre y el bebé y autor del libro «Tú eres la mejor madre del mundo» (Ediciones B), para saber su opinión sobre los cambios que se han producido en el mundo de la maternidad y las dificultades a las que se enfrentan los padres hoy para conciliar vida familiar y laboral.

Pregunta: La incorporación de la mujer al trabajo, la falta de políticas para conciliar, el retraso de la maternidad, la crisis económica, etc. Siendo un poco alarmista, podríamos decir que si no protegemos más a la maternidad, podríamos estar “en peligro de extinción”.

Si conciliar es sólo poner guarderías, [los políticos] no han entendido nada.

Respuesta: Exactamente, es un peligro real en un país tan poco “conciliador” como el nuestro, a diferencia de los países del norte de Europa.

No hemos aprendido nada si toda la conciliación que se les ocurre a los políticos, incluso progresistas, es prometer escuelas a los 2 años o antes.

No conocen a las madres ni se preocupan de ello. Parece mentira que en los partidos haya mujeres. ¿Es que no tienen nada que decir?

No solo a la mayoría de niños, sino también a  la mayoría de madres no les gusta nada de nada separarse tan temprano de sus hijos.

Si conciliar es sólo poner guarderías, no han entendido nada.

P: De alguna forma usted señala que el problema de la conciliación es de nuestros políticos, que dan la espalda a la crianza. ¿Cómo se podría invertir la ecuación conciliación = sacrificio?

Los niños de hoy son riqueza económica para el país. Lo digo así porque es el único lenguaje que parecen entender nuestros políticos, el de la rentabilidad.

R: Revalorizando la crianza como un bien social primordial. Y pagándola en su justo precio.

Algunas de las medidas que en los países del norte de Europa constituyen un éxito de conciliación, que se traducen en unos índices de natalidad positivos, son la flexibilización de horarios, las ayudas a las familias, los permisos amplios por lactancia, los permisos por crianza para madre y para padre (independientes e intransferibles), la no pérdida del estatus laboral… .

No podemos obviar el hecho de que el gasto social a las familias en España supone un 0,5% del PIB (70 euros por habitante). Mientras que en Finlandia es del 3,1% (700 euros por habitante). Así no nos debe extrañar que la tasa de fertilidad en España sea del 1,2 (apenas suficiente para asegurar el relevo generacional) y en Finlandia del 1,7.

Claro, me dirán: es que las mujeres finlandesas no trabajan. Perdón: el 74% de las mujeres finlandesas trabajan, frente al 50% de las españolas.

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Los niños de hoy son riqueza económica para el país. Y lo digo así porque es el único lenguaje que parecen entender nuestros políticos, el de la rentabilidad.

P: Usted ha tratado con muchas madres. ¿Existe un “nuevo perfil de madre”?

Sí que hay un nuevo tipo de padre: empieza a haber padres que se ocupan de manera competente de sus hijos, siendo parte fundamental de la crianza.

R: No creo. Las madres siempre han sido muy responsables y han criado y defendido a sus hijos por encima de toda adversidad.

Quizás ahora, al haber más libertad que en la dictadura y el postfranquismo inicial, más referencias en forma de libros, más información en forma de Internet y haber llegado a calar algo en nuestra sociedad la teoría del apego de J. Bowlby (no olvidemos que fue formulada en la década de 1970), muchas madres actuales se ven más fuertes para tomar las decisiones que antes ni se atrevían, debido al peso social y por falta de información.

Sí que hay un nuevo tipo de padre: empieza a haber padres que se ocupan de manera competente de sus hijos siendo parte fundamental de la crianza.

P: En los últimos años, han surgido voces que señalan que hemos perdido esa red de apoyo a la maternidad, formada por madres, abuelas, vecinas, etc. No obstante, a través de las redes sociales las madres se apoyan, se animan, defienden sus ideas, promueven campañas de sensibilización, proporcionan información de utilidad, etc. ¿Cuál es su opinión sobre la maternidad y las RR.SS? ¿Podrían ser un sustituto de esa red de apoyo tradicional?

Las mujeres tienen mayor capacidad de asociacionismo positivo, constructivo, que los hombres. Por eso, otro lugar interesante, que restaura cultura de crianza, son los grupos de apoyo a la crianza o a la lactancia. Muchos de ellos mixtos de estos dos conceptos.

R: Me viene a la memoria un libro magnífico que nos explica esto, el de ¿Dónde está mi tribu? La crianza en una sociedad individualista, de Carolina del Olmo. Es un libro inteligente y atrevido que recomiendo de todas todas.

En efecto, Internet a través de medios reglados e informales (valió la pena escuchar al respecto a la periodista Cecilia Jan en el último congreso de lactancia en Bilbao) está constituyendo una magnífica red de apoyo a la lactancia, a la crianza. Podemos encontrar de todo, hasta disparates, pero son los menos. Y globalmente las mujeres ahí están constituyendo una tribu virtual muy necesaria.

Las mujeres tienen mayor capacidad de asociacionismo positivo, constructivo, que los hombres. Por eso otro lugar interesante que restaura cultura de crianza son los grupos de apoyo a la crianza o a la lactancia, muchos de ellos mixtos de estos dos conceptos.

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P: Un poco de autocrítica. Usted cree que las tendencias opuestas de crianza actuales pueden deberse a la falta de consenso entre los profesionales de la salud. ¿Por qué matronas, pediatras, obstetras transmiten mensajes contradictorios a los padres?

Hoy reñimos a las madres si a los 6 meses y una semana no se han comido la media pera de la papilla y las asustamos con amenazas de anemia ferropénica y otras lindezas.

R: Creo que por falta de información y de interés por la cultura de la crianza.

Deberíamos ser más humildes antes de decir a una madre “lo que hay que hacer es…”. Es más prudente indagar cómo lo hace ella, valorar si hay que hacer alguna observación y ver el resultado.

Desde siempre los bebés empezaron a comer otras cosas distintas de leche mucho más tarde de lo que ahora aconsejamos. Incluso autores de prestigio, como el profesor Marfan a últimos del XIX, recomendaba no tener prisa antes de los 15 meses.

Hoy reñimos a las madres si a los 6 meses y una semana no se han comido la media pera de la papilla y las asustamos con amenazas de anemia ferropénica y otras lindezas.

P: En la guerra de bandos, padres pro lactancia a demanda y colecho y padres pro biberón y métodos conductistas, ¿quién sale perdiendo? ¿Nos hemos vuelto un poco locos?

En ocasiones encuentro actitudes sectarias en uno y otro estilo de crianza, como si utilizar cochecito o mochila estuviese escrito en alguna parte que fuese fundamental para el mejor o peor desarrollo armónico de los bebés.

R: Creo que debemos huir de estos sectarismos que no hacen bien a nadie. Ya es difícil criar en esta sociedad como para andar haciendo bandos: los del cochecito y los del foulard, los del colecho y los de la cunita aparte, los del pecho y los del biberón… Creo que toda madre, todo padre que críe a su hijo con cariño, a su manera, como mejor ha aprendido y sabe, y siempre que respete los principios de la teoría del apego, que no son otros que solicitud, respeto y cariño hacia la otra persona, su hijo o hija, lo está haciendo bien.

En ocasiones encuentro actitudes sectarias en uno y otro estilo de crianza, como si utilizar cochecito o mochila estuviese escrito en alguna parte que fuese fundamental para el mejor o peor desarrollo armónico de los bebés.

Las técnicas de adiestramiento basadas en el castigo (hacer llorar) para que un bebé o niño adquiera un determinado hábito van contra las bases mismas de la teoría del apego y contra el respeto a los niños. Y debemos hacer pedagogía en contra de ellas.

El método de “crianza con apego” no es en absoluto la teoría del apego, es un estilo de vida, no una teoría comprobada como la teoría del apego. Los que eligen este estilo de crianza, tremendamente respetuosa, deben saber lo exigente qué es como modo de vida, muy centrado en el bebé y con muchas dificultades para compatibilizar la vida familiar y profesional en esta sociedad. No es bueno que critiquen, ni que se aíslen de otras familias que han elegido métodos de crianza menos exigentes, pero también basados en el respeto y el cariño.

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Otra cosa son métodos irrespetuosos con las personas, con los niños. Las técnicas de adiestramiento basadas en el castigo (hacer llorar) para que un bebé o niño adquiera un determinado hábito van contra las bases mismas de la teoría del apego y contra el respeto a los niños. Y debemos hacer pedagogía en contra de ellas.  

La última para terminar…

Usted señala que los bebés tienen un profundo instinto de la supervivencia y que están preparados para seducir a sus padres desde el minuto 1 de vida. ¿Por qué recomienda a los padres acudir a un taller de preparación para la crianza? Los padres, ¿no estamos programados para ejercer de madres o padres?

No, no estamos enteramente programados.

Es cierto que hay hormonas maternizantes, sobre todo en la mujer, como la prolactina. Y también se ha visto que en los hombres disminuye la tasa de testosterona al ser padres.

Pero solo a base de programación hormonal no se puede criar a otro ser humano: a tu hija o hijo. Parte de la crianza es respeto, cariño, cobijo, alimento y ya en esos conceptos pueden surgir dudas de cómo hacerlo bien. Con el instinto llegaremos hasta un punto, pero es una pena desaprovechar la experiencia de los demás, del colectivo, que nos puede ayudar mucho. Y parte de la crianza es socialización, que nosotros aprendimos de nuestros padres y puede que estemos de acuerdo en cómo nos la enseñaron o al contrario. Nos puede venir muy bien hablar con otras personas, otros padres y aprender mutuamente de sus propias estrategias para resolver una determinada situación.

Cuando había familia extensa, tribu, todo eso se podía compartir. Pero hoy día te queda el recurso de leer libros, entrar en blogs y foros de Internet, todo ello muy virtual y solitario, y acudir a grupos de crianza o talleres para mejorar tus conocimientos en grupo, con otras personas que tienen similares inquietudes y problemas.

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