Entre el cuarto y el séptimo mes, aumenta la destreza del bebé en el uso de sus manos. Primero aprenderá a agarrar un objeto por sí mismo. El siguiente logro del bebé suele consistir en apoyarse sobre sus manos (reflejo del paracaídas) para mantenerse sentado. A las pocas semanas, será capaz de mantenerse sobre una sola mano y de intercambiar objetos de una a otra mano.
A los 4 meses, si un adulto le pone un objeto en la mano, el bebé lo coge y se lo lleva a la boca, pero es incapaz de agarrarlo por sí mismo.
A partir del quinto mes, el bebé es capaz de alargar el brazo para coger un objeto al alcance de su mano.
Cuando los bebés de 6 meses están sentados, tienden a apoyarse con las manos por delante (reflejo de paracaídas). En esa postura no pueden alcanzar los objetos porque si sueltan una mano, se caen.
Pero en unas pocas semanas, serán capaces de controlar los músculos de la espalda y así podrán soltar una mano para alcanzar con ella el juguete que le llama la atención.
Entre los 5 y 6 meses, el bebé no sostiene un objeto en cada mano. Si tiene uno y le damos otro, suelta el primero y se dedica a explorar el nuevo. Sí puede cambiárselo de mano él mismo.
A partir del séptimo mes, el bebé desarrolla la suficiente coordinación como para agarrar y sujetar un objeto distinto en cada mano. Lo manipula y explora cada vez con más soltura.