Tres meses después de nacer, el bebé está mucho más despierto y resulta encantador. Por su parte, los padres se sienten mucho más seguros respecto de la crianza de su hijo, pues ya conocen al bebé y distinguen sus diferentes tipos de llanto. Es una etapa preciosa, comparable a un enamoramiento entre los padres y el bebé.
Cada vez es más divertido cuidar al bebé y estar con él. También es evidente que al bebé de 3 meses le gusta estar en familia y ver a otras personas.
Los padres ya tienen bastante experiencia y seguridad en su cuidado. Ya conocen sus ritmos y su temperamento.
El bebé llora menos y ríe más. Participa con alegría en «conversaciones» con sus padres mediante gorjeos. Se emociona y divierte cuando sus familiares juegan con el bebé. Además, si le hablan se vuelve hacia dicho sonido.
Los bebés de 3 – 4 meses son un encanto. Los padres están muy orgullosos de sus lindas sonrisas, pues se encuentran inmersos en una especie de enamoramiento. ¡A veces llegan a aburrir a sus conocidos de tanto hablar del bebé!
Algunas veces puede mostrar alguna preferencia cuando le habla el padre o la madre. En esta etapa el bebé se muestra más comunicativo. A continuación os explicamos los aspectos claves que hacen dulce para los padres esta etapa.
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Esto se debe a que el bebé:
- Es capaz de estar tranquilo solo por periodos más largos. Si se aburre o se cansa, antes de llorar, avisa por medio de sonidos.
- Cuando llora, es más fácil consolarle, distraerle, recuperar su sonrisa. Algunos días sigue teniendo «una hora mala» por la tarde, pero más esporádicamente.
- Suele estar muy atento a lo que ocurre a su alrededor. Mira cuando alguien le habla y se vuelve hacia los sonidos. Reconoce a los adultos más familiares.
- Se comunica activamente por medio de gestos, movimientos y vocalizaciones. Por ejemplo: al ver un juguete o una persona conocida o el pecho, mueve activa y alegremente los brazos y piernas.
- Muchos bebés reaccionan ya de forma distinta con la madre o con el padre. Ante su madre mueven de forma lenta y rítmica sus brazos y piernas, aproximadamente 4 veces al minuto. Si ven al padre, abren los ojos y la boca, se excitan, como esperando un rato de juego.
Pocos sonidos hay más agradables que los balbuceos o gorjeos de los bebés.
Cuando les habla un adulto, abren mucho los ojos y la boca, tratando de imitar la forma de la misma y tras un esfuerzo, logran emitir un «a-goo».
Luego se paran, esperan respuesta del adulto y … repiten. Esos «diálogos» son muy emocionantes tanto para el bebé como para su padres.
Por su parte, los padres:
- Ya conocen al bebé. Saben cómo suele reaccionar, lo que le gusta y le disgusta. Diferencian distintos tipos de llanto.
- Ya se sienten seguros y expertos con la crianza.
- Las sonrisas del bebé constituyen su mayor recompensa.
- El apego se consolida gracias a esta interacción.
- Cada miembro de la familia ha ido encontrando su papel tras la adaptación al nuevo miembro.